25 de noviembre de 2024
Tres claves básicas para lograr una posición de manejo relajada y segura en un auto
Dirección, freno y acelerador son los elementos esenciales que un conductor tiene que controlar al manejar un auto. A partir de esas dos variables se deben ajustar asiento y espejos, y algo que pocos utilizan, la regulación de la distancia y altura del volante
El modo de adecuar esas tres variables se logra con otros tres elementos móviles: la altura y distancia del asiento en relación con los pedales, el ángulo de los espejos, y algo que pocas personas aprovechan correctamente como es la posición correcta del volante.
Para saber en qué posición se debe situar la butaca, hay dos condiciones que no pueden faltar; la altura para ver la punta del capó y por lo tanto el límite de la carrocería hacia adelante, y la distancia con la pedalera de modo tal que se pueda cambiar el pie derecho del acelerador al freno con seguridad y firmeza, ya que es ese el movimiento que se debe poder hacer sin errores ante un inconveniente que requiera detener rápida y efectivamente el vehículo.
Es una operación muy sencilla pero no todos lo hacen correctamente. El espejo central es el que “manda” y marca los límites laterales de visión hacia atrás. Una vez ajustado ese espejo interior de manera que sea natural verlo sin tener que mover la cabeza sino solamente los ojos, los espejos exteriores deben tomar la referencia límite en el que ya no refleja el central para que ese sea el ángulo más cerrado hacia la carrocería a la que se los ajuste.
Los espejos laterales no tienen que reflejar la carrocería del propio auto sino la mayor amplitud de escenario lateral hacia ambos lados. Si bien es cierto que muchos autos de última generación tienen la asistencia a la conducción que incluye el punto ciego y lo marcan en los espejos o su entorno con una luz generalmente naranja o roja, cuánto más superficie cubra el espejo exterior, más certeza de un obstáculo tendrá quien va al volante.Esta es el último ajuste que se debe hacer en la lista previa a salir a conducir, especialmente si será un viaje o un recorrido largo y en rutas o autopistas. El volante no debe estar muy lejos del cuerpo del conductor, pero tampoco demasiado cerca. Si hay que estirar los brazos hay dos consecuencias que suceden: cansancio en los hombros y falta de precisión en una maniobra evasiva.Por el contrario, si el brazo queda demasiado plegado, no habrá control tampoco, porque se pueden chocar los brazos entre sí. La recomendación es buscar un ángulo de unos 100 grados, es decir levemente más extendidos que al 50% de su capacidad.