25 de noviembre de 2024
El testimonio de la amiga secreta de Diego Maradona: cuando le contuvo las lágrimas y la trastienda de su despedida más íntima
Se llama María Fernanda Márquez Miranda, conoció al Diez a mediados de 1996 y, aunque nunca se mostró públicamente con él, se convirtió en su confidente durante varios años hasta que perdió su contacto. “Él siempre decía que lo que le gustaba de mí, era que yo lo trataba como un tipo común”, contó
—Para saber un poco de usted, ¿qué edad tiene, a qué se dedica, tiene hijos...?
—¿Y cómo lo conoció a Diego?
—¿Por qué?
—¡Por los nervios que me agarraron! Cuando me calmé y reaccioné, lo busqué a mi amigo para decirle que por favor me lo presentara. Y él me dijo: “Fer, te saludó y le diste vuelta la cara”. Entonces le dije que había sido por la emoción, que le prometía que no lo iba a volver a hacer. Así que nos acercamos de nuevo y él, súper humilde, se presentó diciendo: “Soy Diego”.—¿Entonces?—¿Y qué marca eran?
—Claro.
—Entonces se quedó como helado.—¡Totalmente! Ahí me dijo: “¿Mirá que sos rara vos, eh? Nunca nadie me miró los zapatos cuando me presentaron”. Pero a mí me salió eso. La cosa es que él estaba en una mesa de la izquierda intentando cenar, porque la verdad es que la gente no lo dejaba comer en paz. Y al rato nos invitó a mi prima y a mí, que estábamos esperando a otras amigas, a que nos sumáramos con ellos. Pero lo mío era una torpeza tras otra...
—¿Qué pasó?—¿Pensó que lo hacía para no gastar?
—Exacto. Y yo le dije: “Ya sé que me estás invitando, pero como veo que están tomando alcohol y yo no tomo”. Entonces él me respondió: “Pero yo te juro que si te pedís una gaseosa con limón yo te la pago igual, no hace falta que te traigas la de tu mesa”.—Suena lógico.—Era una época complicada para Maradona en cuanto a las adicciones...
—¿Cómo continuó la noche?
—¿Lo llamó?
—¿Se lo dio?
—¿Y cuál fue el siguiente?
—¿Pudo llegar al ser humano más allá del ídolo?
—¿Y de qué le hablaba en esos encuentros? ¿Mencionaba a sus hijas, Dalma y Gianinna?
—¿Le hacía referencia a Claudia Villafañe?
—¿De Diego Junior decía algo? Porque Jana nació el mismo año en que ustedes se conocieron y Dieguito llegó mucho después...
—Se decía que en esa época no iba a visitarlas mucho porque no quería que ellas lo vieran mal. ¿Le consta esto?
—¿Y usted intentaba ayudarlo de alguna manera? En aquella época las drogas eran un tabú y había menos herramientas para tratar el tema...
—¡Qué momento para sus hermanos!
—De más está decir que a Maradona le gustaban mucho las mujeres y que usted es particularmente atractiva, así que imagino que en más de una oportunidad la debe haber querido cortejar...
—¿Cómo sería eso?
—¿Fue?
—Muy sensato de su parte...
—Y su novio y luego marido, ¿no sentía celos de su relación con Diego?
—Convengamos que era bastante posesivo con sus afectos...
—Le pregunto como mujer: más allá del amor que sentía por su novio, ¿nunca tuvo la fantasía de estar con el ídolo?
—Si hubiera pasado otra cosa entre ustedes, tal vez, luego se habría perdido esa amistad. ¿Es así?
—En el 2000 Maradona tuvo su gran crisis en Punta del Este y, después, se decidió su internación en Cuba. ¿Usted siguió en contacto con él en ese tiempo?
—Debe haber sufrido mucho por él.
—¿Alguna vez se los presentó?
—¿Y a Laura Cibilla que era su novia de entonces?
—¿Hasta cuándo siguieron en contacto?
—En 2003 Cóppola dejó de trabajar con él y cambió parte de su entorno...
—O sea que el resto de la historia la siguió por los medios.
—¿Cómo siguió su vida?
—¿Les contó a sus hijos sobre su amistad con Maradona?
—Para entonces se había cerrado demasiado su entorno, ¿verdad?
—¿Qué pasó cuando se enteró de la muerte de Diego?
—¿Las veces que había vencido a la muerte le hacían creer que era inmortal?
—Usted tuvo acceso al sepelio íntimo en Casa Rosada, al que solo pudieron ingresar unas pocas personas. ¿Cómo vivió ese momento?
—¿Se refiere a las supuestas indicaciones para que censuraran el ingreso de ciertas personas?
—¿Cómo quiénes?
—¿Alguien preguntó quién era usted?
—Sí.