25 de noviembre de 2024
Victoria Kopelowicz en “La Escalada”: la obsesión de su papá por patentar inventos y su infancia rodeada de preservativos
Es dueña, junto con su hermano Felipe, de Tulipán, la empresa argentina fabricante de preservativos que creó su padre en la década del ochenta. La historia de ese creador al que había que frenarlo para que dejara de gastar dinero en patentes y su relación personal con la empresa familiar: “Cuando llegó el momento de volver a mi trabajo, me quedó la sensación de no querer irme”, cuenta
Las dificultades le representaban desafíos: estuvo casi dos años trabajando en el diseño y la construcción de la maquinaria, y otro plazo similar para desarrollar la fórmula química. Primero necesitó de la ayuda de un equipo de metalúrgicos, después de un químico. “Era muy difícil decirle que no a mi papá”, explica Victoria. Y así, luego de largos años persiguiendo la producción masiva de un producto, crearon una empresa de profilácticos. Dos marcas salieron a la calle: Gentleman, destinado a los hombres, y Tulipán, “para que a las mujeres no les diera vergüenza pedirlo en la farmacia”.
Victoria se crio entre preservativos dispersos por su casa, a libre disponibilidad de todos. “A tal punto que una vez en el jardín yo agarré una bolsita y la puse en mi mochila, fui al jardín y nadie se enteró. La maestra llamó a mi mamá y le dijo ‘Vicky sacó estos preservativos y los repartió’. Yo le dije que eran profilácticos, lo cual era todavía peor, porque yo entendía lo que era un tecnicismo”, grafica.Alberto se enfermó cuando ella cursaba el último año de la escuela secundaria y no pudo acompañarla en su desarrollo profesional. No supo que eligió ser arquitecta. “Me encanta el diseño, me encanta el diseño industrial, me encanta la arquitectura, me encanta el marketing, la comunicación, me encanta todo ese mundo”, dice. Empezó a trabajar en un estudio de arquitectura, a diferencia de su hermano Felipe que sí había adoptado la posta de la empresa familiar.La ligación simbiótica con la idea que había traído su abuelo y que había materializado su padre la encontró adulta y profesional, con 26 años, en 2013. “Una vez fui a la fábrica y cuando llegó el momento de volver a mi laburo y después de haber caminado esos pasillos, me quedó como una sensación de no querer irme. Y me quedé a trabajar ahí”, repasa. “Mi hermano hizo conmigo lo mismo que mi papá hizo con él: me hice circular por distintas áreas y aprender un poco de cada cosa. Por más que es una pyme, hacemos muchas más cosas. Y encontré mi lugar en el área de marketing, comunicación, desarrollo de producto y diseño”.El consumo del preservativo en la Argentina“Nuestro claim es ‘placer seguro’ -afirma-. Ponerte un preservativo es un segundo protegerte. Y de repente, una vez que vos estás ya protegido, podés disfrutar y dar placer, tener placer y de alguna manera relajarte. Entonces para nosotros usar preservativo te acerca más al placer”. En la actualidad, importan el preservativo de las mejores fábricas del mundo, que están en Tailandia y Malasia, para garantizar variedades y para ser competitivos en el mercado. “Eso nos permite como mucha más agilidad y poder tener, por ejemplo, once variedades”, explica. Acá se encargan del empaquetado, de colocarle aditivos a algunas variedades y disponen de un laboratorio donde realizan testeos.