12 de octubre de 2024
Agustín Laje: “Milei no tiene a nadie enfrente, por eso son peligrosas las disidencias internas con Macri o Villarruel”

Con “Globalismo”, su nuevo libro, el intelectual cercano al presidente renovó la doctrina libertaria, sugirió una conspiración woke y habló sobre la actualidad política argentinas. Críticas a los “meta capitalistas” que imponen sus agendas y rechazo a “las temáticas sexuales de la Nueva Izquierda”
“Hoy los empresarios meta capitalistas están financiando agendas anti libertarias y eso va a ser lo más difícil de explicar con el libro, porque evidentemente teníamos un chip en la cabeza: la izquierda era pro obrero y pro pueblo; la derecha era pro empresario y pro multinacionales. Eso es lo que tiene que empezar a cambiar desde ahora y el desafío del libro”, explicó .
— ¿Cómo está viendo la actualidad argentina? ¿Qué analiza del tiempo presente?Todos los caudillos del socialismo del siglo XXI de la última oleada se cayeron en los primeros 100 días de gobierno. Gustavo Petro, en Colombia, cayó diez puntos en los primeros 100 días. Gabriel Boric, en Chile, está por el piso. Pedro Castillo directamente perdió el poder en Perú. El único que es una excepción es el mexicano (Andrés Manuel López Obrador), que encima ahora es la mexicana (Claudia Scheinbaum).
— ¿Qué piensa de Victoria Villarruel?
- Entiendo que esa fractura con el Presidente es difícil de arreglar. Es una fractura más profunda de lo que yo pensaba. Su ausencia en Parque Lezama fue muy significativa. Se explicó que no fue porque sigue perteneciendo al Partido Demócrata, pero no es un argumento atendible. Lamentablemente no necesitamos tener en el gobierno ahora fracturas internas y esa fractura está muy fuerte.– ¿Cree que puede ir en contra de Milei?
- ¿Una gran Cobos...?- Esa sería la última ruptura. Si hay algún momento en que ella puede definir -como lo hizo recientemente y fue un momento muy grato para todos los que estaban en el Gobierno- y hace la gran Cobos, su destino será el de Cobos. ¿Qué hizo Cobos después? Pasó a la historia a partir de ese momento, cuando votó en contra de su gobierno, y no hizo nada más.
– ¿Si le digo Mauricio Macri y Cristina Kirchner?– El presidente necesita mucho de Mauricio Macri. Sobre todo en el Congreso.
- Necesita de Macri, sí. Y a mí lo que me preocupa es que haya conflictos con el PRO. Ahora no es tiempo para conflictos. Si quieren, cuando la economía esté volando, planteamos las disidencias. Pero en este momento no puede haber ruptura. Se necesita mostrar estabilidad política a los inversores.- No creo que lo pueda hacer. Hay figuras que pasan, que marcan momentos en un tiempo bien determinado…
- Sí, pero la última vez tuvo que venir de la mano de Alberto Fernández. Ya era un signo de decadencia política volver de la mano de Alberto Fernández. Y después del papelón de haberlo puesto, es un costo político que si bien ellos lo tratan de disimular, la gente lo sabe muy bien. Ella era la vicepresidente y fue la que lo puso a Alberto. Cristina y Macri tienen poder político, pero no creo que tengan futuro político. Y hoy al PJ tampoco sé quién lo lidera.
– Expuso como orador ante la OEA a instancias de la Argentina. Habló sobre redes sociales y desinformación y fue muy crítico sobre los controles que algunos gobiernos quieren imponer a esas plataformas. ¿Cómo fue esa experiencia?
La desinformación era más peligrosa cuando no había Internet, porque los poderosos -tanto del sector económico como político- les bastaba simplemente con cooptar un grupo muy chico de la sociedad, que eran los periodistas, y podían mentir y podíamos enterarnos de sus mentiras, si teníamos suerte, al pasar los años. Ahora mentir en Internet es muy difícil. Hay una exageración con el problema de la desinformación, porque se puede desmentir a la persona que no dijo la verdad casi en tiempo real. Si podemos hablar de desinformación como un problema tan fundamental, es porque sabemos que se está mintiendo. Antes no hablábamos de desinformación porque nadie desmentía.
- Lo más interesante es que la gente de derecha suponía que porque Javier era libertario, a algunos temas no se le animaba. La idea de que el gran peligro es el Estado nación y que todos estos organismos internacionales y los meta capitalistas son benefactores pululaba dentro del libertarismo. Ahora el Presidente generó un corte y la gente de derecha que hasta hace poco incluso lo criticaba pensando que era una marioneta de este tipo de poderes, ahora se tiene que comer sus palabras.
– Hablemos de Globalismo. ¿Por qué abordó este tema y por qué es tan importante como para escribir un libro de 600 páginas?
Tuve el interés de escribir sobre esto porque tengo la sensación de que siempre la derecha está reaccionando a destiempo, siempre estamos llegando tarde a los temas. La izquierda empezó a hablar sobre género en la década del 90 y yo escribí un libro sobre el tema recién en 2016. La izquierda habló de indigenismo y la derecha se tomó dos décadas para responder. La izquierda habló de medio ambiente y la derecha todavía está viendo cómo responde. Frente a una nueva palabra que irrumpió en el lenguaje político hace más o menos cinco años, tomé la decisión de agarrarla mientras todavía es un embrión y hacer lo posible por abortarla, para seguir con la metáfora.
– ¿En qué cosas específicamente el Estado no tendría que transferir jurisdicción?
La Organización de Estados Americanos (OEA) tiene algo llamado Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Su tratado fundamental es la Convención Americana de los Derechos Humanos y tiene dos organismos muy importantes que son la CIDH (Comisión Interamericana de los Derechos Humanos) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La CIDH instaló una doctrina que dice que el derecho es progresivo, es evolutivo y por lo tanto no importa lo que diga la letra de la Convención Interamericana de los Derechos Humanos, ni los tratados específicos de derechos humanos, sino que importa lo que siete comisionados de la CIDH interpreten sobre los tiempos que vivimos en virtud de lo que está escrito en esas convenciones. Esto es una locura.
¿Cómo se puede ir tan ferozmente contra la letra de un tratado de derechos humanos? Lo hacen diciendo que esa es la evolución de los tiempos. Ahí se pierde el control sobre el derecho, porque si alguien ahora se opone se plantea que se están violentando derechos humanos.
- Argentina, como prácticamente todos los países del Continente, habían ratificado una convención que dejó muy claro que otorgaba poderes a estos organismos. Esos poderes permitían visitas a países donde se sospechara que se pudieran estar violentando los derechos humanos. Está muy bien que lo hagan cuando están en juego verdaderos derechos humanos, que los pueblos han reconocido como tales a través del derecho internacional.
No es tanto que tengamos organismos de derechos humanos, porque eso ha sido necesario después de la Segunda Guerra Mundial, cuando dijimos “miren, si no nos cubrimos de los gobiernos despóticos a través de instituciones supra estatales, vamos a continuar dando tropiezos con la misma piedra”.
– ¿Pero entonces cuál es el problema?Los informes de la CIDH que determinan “estándares de derechos humanos” -con arreglo a los cuales la Corte Interamericana de Derechos Humanos después resuelve sus asuntos- tienen sponsors como la Open Society Foundations, de George Soros. ¿Están a la venta? La Corte IDH, que ya es un organismo contencioso, recibió de la Agencia Española de Cooperación Internacional una cantidad muy importante de dólares en el año 2017. España indicó para qué estaba poniendo la plata y, entre otras cosas, era para resolver cuanto antes opiniones consultivas vinculadas a identidad de género. A fines del 2017 hay una opinión consultiva para Costa Rica, que aplica además para todo el sistema sobre identidad de género de la Corte IDH.
- Por qué es la rama de lo que hoy se llama “wokismo” que está más avanzada. El elemento más exitoso de lo que podemos llamar “Nueva Izquierda” son las temáticas sexuales. Avanzó mucho más rápido que el indigenismo, más rápido que el ambientalismo radical, los movimientos que hoy se llaman “antirracistas”, que en realidad lo que promueven es racismo invertido. ¿Por qué el tema sexual es tan predominante? Porque es predominante del otro lado, es el más avanzado de todos.
- Sí, porque ese tema vino a politizar las relaciones más íntimas de las personas. Y allí donde se politizan relaciones, aparece la estructura estatal a querer regularlas. No es para nada azaroso que al mismo ritmo con que los discursos feministas, los discursos del género, los discursos LGBT hayan avanzado. Los Estados en general fueron no sólo adoptando legislación, y este es el punto, sino que el Poder Ejecutivo se empezó a encargar de una serie de asuntos que le competen al individuo en su intimidad y en sus relaciones libres de injerencias políticas. Hoy existen Estados que son capaces de brindar tratamientos hormonales, cirugías plásticas...
– En Argentina se siguen brindando hoy tratamientos hormonales a cargo del Estado.– Planteó que el libro puede servir como para la batalla cultural. ¿Por qué un libertario tendría que leer el libro? ¿Qué puede encontrar el lector?
En el siglo XXI la figura del Estado está debilitada y cualquier politólogo lo sabe. El Estado está debilitado en cuanto a agente soberano, sus fronteras son porosas, no puede hacerse cargo de las tecnologías del siglo XXI, la globalización económica le pasó por encima y los procesos migratorios desquician naciones que tienen éxito económico. El Estado Nación parece ser una criatura que estaría muriendo y el libertarismo se sigue peleando con esa criatura, que ciertamente es peligrosa, pero por encima de ella aparece un embrión de poder que hay que mirarlo antes de que sea tarde.
– ¿Por qué tiene tanta peligrosidad este fenómeno?
Carl Schmitt, un gran jurista alemán del siglo pasado, definió la soberanía como “la decisión en un momento de excepción”. ¿Cómo sé dónde está la soberanía? ¿Cómo sé yo quién tiene el poder? Hay que buscar una excepción, porque en la normalidad las instituciones funcionan, pero no significa que ahí esté el soberano. En la excepción uno puede darse cuenta quién es el que está decidiendo. ¿Quién decidió en la pandemia? ¿Alberto Fernández? Alguien por encima de Alberto Fernández fijó cuáles eran las normas de la pandemia o fijó qué era lo que había que hacer y qué era lo que no había que hacer. Si se oponían a ese organismo había un problema internacional muy grave, como hay ciertos países que lo tuvieron, como por ejemplo Taiwán. Está la OMS, Estados Unidos o grandes fundaciones. El sistema de Naciones Unidas también está financiado en gran medida por empresas, por ONGs que responden a empresas. Es raro que un libertario hable de estas cosas. La política está cambiando, el esquema de poder está cambiando.
- Es verdad, es difícil porque el sector libertario, que es el que me lee y me sigue, tiene la imagen del empresario randiano, como un héroe nacional. Eso es una ficción de Ayn Rand que no existe. Hoy los empresarios “meta capitalistas” están financiando agendas antilibertarias y eso va a ser lo más difícil de explicar con el libro, porque evidentemente teníamos un chip en la cabeza: la izquierda era pro obrero y pro pueblo; la derecha era pro empresario y pro multinacionales. Eso es lo que tiene que empezar a cambiar desde ahora y el desafío del libro va a ser ese.
- Sí, porque el “meta capitalista” está por fuera de las reglas del mercado. La palabra “meta” significa más allá. Están más allá del capitalismo. El “meta capitalista” es el que empieza a comprar estructuras de poder para generar efectos políticos que sean convenientes para sus empresas. ¿A quiénes les afectan más las regulaciones ambientales? ¿A los países grandes o a los chicos? A los chicos. Lo mismo puede ser el cupo de género, los criterios ESG (medio ambiente, sociedad y gobernanza) en el mundo de las finanzas o las agendas DEI (diversidad, equidad e inclusión).
- Quien empezó a hablar contra esto fue Elon Musk. No es que yo descubrí la pólvora o es una invención mía. Parece una teoría de la conspiración y lo sé. Me puse a escribir este libro diciendo “vamos a ver qué hay acá, porque veo tanto conspiranoico hablando sobre la Agenda 2030, la ONU, los organismos internacionales, las ONG, George Soros, y vamos a sacar un poco de humo y ver con qué nos quedamos”. Iba a salir un libro de 250 páginas, pero salió un libro de 600, porque lo que encontré fue demasiado. Me puse como regla no atender a ningún otro tipo de documento que no fuese oficial de los organismos que yo estoy estudiando.
– ¿Por qué a un libertario argentino le debería interesar todas estas cuestiones?
– ¿Por qué tanta resistencia de los libertarios a la Agenda 2030, además de estos aspectos que mencionó?
No hace falta, la democracia misma lo resuelve. La gente va a votar porque naturalmente quiere mejores empleos, un aire más limpio, un sistema de educación y de salud mejores. Quieren desplazar el poder hacia organismos que no son argentinos, esa es la realidad.