26 de septiembre de 2024
Por qué no es recomendable usar el auto con la luz de reserva de combustible encendida
Cuando cada visita a la estación de servicio para cargar nafta o gasoil duele mucho en el bolsillo, mucha gente intenta usar hasta el último litro del tanque antes de volver a gastar dinero. Pero hay motivos técnicos y económicos que indican el error que esa conducta suele representar
De cualquier modo, tanto en un sistema analógico de aguja mecánica como en uno electrónico y digital como los actuales, cuando quedan pocos litros de combustible, se enciende una alerta en forma de luz que a veces es acompañada por un sonido o un cartel con la leyenda “nivel de combustible bajo”. Eso no significa que no hay más combustible en el tanque, sino que hay que ir a cargar porque quedan aproximadamente unos 50 km de autonomía.
Sin embargo, hay dos razones por las cuales no es recomendable andar con esa luz encendida: no quedarse sin combustible y no causar daños mecánicos.Cuando se enciende la alerta de reserva, automáticamente se deja de ver la información de los litros restantes. Esta es, a la vez que una forma de incentivar a los usuarios a cargar combustible, una falta de precisión respecto a la autonomía restante, porque aunque popularmente se hable siempre de 50 km, por las mismas razones que se mencionaron anteriormente, depende de la velocidad y el estilo de conducción que esa distancia sea menor o incluso mayor. Por ese motivo, una vez que entra en reserva, estirar al máximo esos litros que quedan puede sorprender al automovilista y dejarlo parado en medio de la calle con el motor mudo.La primera es que la bomba de combustible, que debe aspirar nafta o gasoil del tanque y llevarla por el circuito de combustible hasta el motor, se coloca dentro del depósito y está sumergida casi por completo en la gasolina. Esto es para succionar sin que entre aire al sistema y porque el combustible cumple también la función de refrigeración. Una bomba es eléctrica y al trabajar levanta temperatura. Si está sumergida en combustible esa temperatura se mantiene controlada asegurando su correcto funcionamiento. Pero si se usa el auto con poco combustible y peor aún, con los últimos litros de la reserva, la bomba trabajará sin esa refrigeración y se sobrecalentará, lo que reducirá indefectiblemente su vida útil.
La bomba de combustible vale entre $50.000 y $80.000 para un vehículo mediano y varía según la marca y el motor. Pero lo que es más costoso es la mano de obra por cambiarla, que podría rondar los $200.000. Pero, además, no siempre se consigue la bomba suelta, y se debe comprar todo el sistema de alojamiento de la bomba, que incluye un cartucho plástico con las conexiones de salida de combustible, de alimentación eléctrica y el flotante. Ese es un repuesto que, dependiendo la marca, tiene un costo de entre $500.000 y $800.000, a lo que habrá que sumarle unos $120.000 de mano de obra.