19 de septiembre de 2024
Una mujer fue engaña por un falso vecino a través de WhatsApp: le robaron 300 dólares
El suplantador también estaba estafando a otros contactos, después de robar la cuenta de una persona mayor
Con esta comprobación, aparentemente segura, decidió transferir los 280 euros que el supuesto vecino le solicitaba, con la promesa de que el dinero le sería devuelto tan pronto como su aplicación de Bizum estuviera nuevamente operativa.
Sin embargo, la situación comenzó a generar dudas en su mente. Núria le expresó sus reservas al “vecino” sobre la posibilidad de que se tratara de una suplantación de identidad. Su inquietud fue rápidamente descartada por el estafador, quien respondió con un tono de ofensa. “¿Cómo que estafa? ¡Pero si soy tu vecino! ¿No ves que es mi WhatsApp?”, replicó, generando en ella la sensación de haber sido desconfiada sin motivo.Después de la primera transferencia, el estafador no se detuvo. Pocas horas después, volvió a contactar a Núria, esta vez solicitando 200 euros más. Argumentó que aún necesitaba cubrir ciertos gastos y prometió devolver todo el dinero a la brevedad. A pesar de sus dudas crecientes, ella decidió hacer una segunda transferencia, aunque esta vez solo por 100 euros, dado que se había quedado sin fondos.
El estafador, percibiendo que su táctica seguía funcionando, insistió una vez más. Sin embargo, esta vez, ella comenzó a sospechar que algo no iba bien. Decidió llamarlo para aclarar la situación y tratar de verle en persona para ofrecerle más ayuda. Fue entonces cuando la verdad empezó a salir a la luz. El vecino no respondió a las llamadas, y al día siguiente, Núria fue personalmente a tocar el timbre de su casa. No había nadie.Horas después, al no obtener respuesta, Núria envió un último mensaje por WhatsApp: “Buenos días, pensarás en mí, ¿eh?”. La respuesta que recibió fue devastadora: “¿Quién eres?”. Fue en ese momento cuando comprendió que había sido víctima de una estafa. La cuenta de WhatsApp de su vecino había sido hackeada y utilizada por delincuentes para suplantar su identidad y pedir dinero a sus contactos.Inmediatamente después de descubrir la estafa, Núria acudió a las autoridades. Sin embargo, lo que encontró fue otro obstáculo frustrante: no podía presentar una denuncia sin antes solicitar una cita previa, y no había fechas disponibles hasta dentro de tres días. Al acudir finalmente a la policía, uno de los agentes le comentó que las denuncias por estafas a través de WhatsApp eran cada vez más frecuentes, pero que este era el primero en el que el número suplantado coincidía completamente con el del estafador.