17 de diciembre de 2021
Corte en la rotonda de San Justo contra desalojo del barrio Nueva Unión, en Rafael Castil
La protesta se realiza en el cruce de las avenidas monseñor Bufano y Juan Manuel de Rosas para evitar que el desalojo de un asentamiento dispuesto por la justicia, y en reclamo "del derecho a la vivienda".
Organizaciones políticas, sociales y de vecinos protestaban este jueves con un corte en la rotonda de San Justo (en la intersección del Camino de Cintura y la Ruta 3), en el partido bonaerense de La Matanza, contra una orden de desalojo del predio en recuperación que se encuentra en Rafael Castillo y en reclamo del "derecho a la vivienda", informaron los manifestantes.
El corte se realiza en el cruce de las avenidas monseñor Bufano y Juan Manuel de Rosas para evitar que el desalojo de un asentamiento dispuesto por la justicia.
La orden fue dictada el pasado 9 de diciembre por el Juzgado de Garantías 3, a cargo del fiscal Gastón Bianchi, y el juez Rubén Occhipinti.
La manifestación comenzó pasadas las 7.30 y las barricadas incluyen también quema de gomas y el corte de todas las adyacencias de la rotonda.
"Estamos reclamando para que nos reconozcan como barrio. Peleamos por la tierra y la vivienda, por un lugar donde vivir para tener nuestros chicos y las familias. Llegamos acá como consecuencia de la pandemia (de coronavirus). Muchos nos quedamos sin trabajo, sin poder llevar un plato de comida, sin poder pagar un alquiler, por eso tomamos las tierras porque necesitamos salir adelante", señaló en diálogo con Télam Marcela Resler, una de las vecinas que participa de la protesta.
Resler afirmó que, cuando comenzaron a instalarse, "este lugar era un basural" y agregó: "Nosotros lo recuperamos, lo transformamos en un barrio. Compramos los palos, la luz, tenemos el agua cuando antes pedíamos que vinieran con el camión de Aysa y no lo hacían".
"Necesitamos que el barrio sea reconocido y no que nos manden a reprimir", insistió.
En el mismo sentido, Resler dijo que, "si tenemos que pagar la tierra, los terrenos, los vamos a pagar, somos de muy bajos recursos, changarines, empleadas domésticas, y todo es muy difícil".
"Salimos todos los días a las 4 de la mañana a trabajar, pisando barro, pero nos queremos quedar porque necesitamos donde vivir", finalizó la manifestante.
El asentamiento se instaló hace casi dos años, durante la pandemia de coronavirus, y allí viven entre 600 y 1.000 familias en viviendas precarias.
En el predio funcionan también varios comedores y merenderos comunitarios, según consignaron los organizadores de la protesta.