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10 de septiembre de 2024

Viaje al corazón de Fénix, en el Salar del Hombre Muerto: así funciona la operación de litio más grande de la Argentina

La operación está a cargo de Arcadium Lithium, que llegó al país en 1992 y opera también en EEUU, Canadá, Inglaterra, China, Japón y Australia. La empresa espera que el 70% de su producción global, que surge de procesos químicos a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, salga del país. Le vende a BMW, Tesla, GM, Panasonic y LG entre otros

>Después de un viaje de poco menos de 40 minutos desde Salta, Infobae y otros medios nacionales arribaron a Fénix, la más antigua y más grande operación de extracción y procesamiento de litio en la Argentina.

A más de 4.000 metros de altura, en la inmensidad de la Puna, en Catamarca, pero muy cerca de la frontera con Salta y a unos 100 kilómetros la localidad más cercana, Antofagasta de la Sierra (2.008 habitantes según el censo de población 2022), Fénix está en el Salar del Hombre Muerto, cuyas salmueras de litio atrajeron en 1992 a la empresa norteamericana FMC, suerte de abuela de Arcadium. Por entonces, el litio tenía principalmente usos farmacéuticos, servía en el pulido de vidrios y cristales y se usaba además como insumo nuclear, en la fabricación de agua pesada (aunque, paradójicamente, es el mineral más liviano de la naturaleza).

Según los planes de la empresa, de la Argentina surgirá casi 70% de la producción mundial de Arcadium, unas 50.000 toneladas de Carbonato de Litio equivalente de sus plantas en los salares del Hombre Muerto y de Olaroz (en Jujuy), y el aporte de la planta de cloruro en Güemes, Salta. Además, Arcadium produce hidróxido de Litio (usado, por caso, en las baterías de BMW y de Tesla, la automotriz de Elon Musk), Butil-litio (usado como catalizador químico, como en la fabricación de neumáticos), y su más reciente novedad, Liovix, un litio metálico que produce en Canadá y sirve para imprimir los ánodos de las baterías de litio y mejorar su funcionamiento.

Las instalaciones que la comitiva recorre en Fénix confirman esa descripción. Después de ponerse campera, calzado, guantes, anteojos especiales, casco y protección auditiva para soportar el sonido del interior de la planta, se deben seguir los consejos para no apunarse. No solo haber tomado antes mucha agua; también caminar y respirar lentamente y evitar movimientos bruscos.

Verónica Encinas y Aline del Olmo, tecnólogas de planta, parte de las cerca de 300 personas de este turno (25% del personal de Arcadium en la Argentina son mujeres, proporción que casi duplica la media nacional del sector minero) orientan y explican –cuando se puede escucharlas– el recorrido. Gigantescas máquinas, tubos, evaporadores, purificadoras procesan salmueras extraídas del subsuelo del salar hasta llevarla de un 0,06 a un 0,15% de pureza de litio y lo vuelven a las piletas de evaporación, donde estarán algunos meses más, hasta llegar a un 6% de contenido de litio. Una lluvia puede demorar ese proceso.

Fénix aplica desde el inicio un proceso (parcial) de extracción directa de litio (DLE, por su sigla en inglés). Los evaporadores mecánicos permiten acortar los tiempos y reutilizar el agua, que en las piletas en cambio se evapora a la atmósfera. “El DLE es hoy un genérico, hay muchas formas de extraer litio como impureza. Nosotros usamos el método de adsorción (así, con “d”), que permite también producir cloruro, aunque usa más agua”, dice Mancuso. La adsorción se hace con resinas que, a diferencia de una esponja (que se empapa interiormente), hacen que los átomos de litio se adhieran en su superficie. “Siempre se puede usar más tecnología para mejorar la huella hídrica”, dice Mancuso. Sin embargo, agrega, “hace 25 años que estamos operando en el área y el subsuelo ni se enteró”.

En 2021 Arcadium hizo un acuerdo plurianual de 285 millones de euros de provisión y “extracción sostenible” de litio con BMW, que busca expandir su producción de vehículos eléctricos. La automotriz alemana y la química BASF financiaron un estudio sobre la disponibilidad y uso del agua en los Salares del Hombre Muerto (donde se emplaza Fénix) y de Atacama (Chile), que realizaron científicos de las Universidades de Anchorage (Alaska) y Amherst (Massachusetts). En 2020, BMW había sido la primera automotriz del mundo en adherir a la Iniciativa de Aseguramiento de Minería Responsable (IRMA por su sigla en inglés), que fijó estándares de extracción de materias primas, medioambientales y sociales, incluido el “uso científico” del agua.

El estudio hace observaciones parecidas sobre la parte oeste del Salar, donde se emplaza Fénix, afirmando que no habría impactos adicionales significativos “además de aquellos ya documentados en el acuífero (del río) Trapiche”. Según el estudio, publicado en 2022, la restauración de la Vega del Trapiche “depende de restaurar los flujos de agua superficial”. Actualmente, Arcadium ve una evolución positiva de ese tramo, el más criticado por activistas ambientales.

En Fénix, el medio es exigente. La radiación solar es alta (la recomendación es usar protector solar no inferior a 65) y la amplitud térmica enorme (en el verano la mínima oscila entre -2 y -8 grados y la máxima entre 25 y 30, mientras en invierno la mínima puede llegar a -25 y la máxima oscila entre 5 y 10 grados). No hay árboles a la vista, aunque en el entorno hay pastos de altura, como las vegas, y animales como llamas, zorros, flamencos, vicuñas y ratones andinos, amén de alacranes, arañas y otros insectos.

La pregunta es inevitable: cómo semejantes instalaciones, entre el campamento y la planta, que tiene diversas partes y “fases”, estando la “1 B” en plena construcción pudieron hacerse en un lugar tan lejano, desprovisto de servicios públicos y muy difícil acceso. En la zona de descanso, comida, recreación y capacitación, en el que las diversas áreas están integradas, de modo que no sea necesario salir al aire libre para moverse entre ellas, lo primero que sorprende a Infobae es una sala con guitarra eléctrica, guitarra acústica, baterías. Son de “Soda Ash” (insumo clave de la producción de carbonato de litio), un grupo de operarios rockeros de Fénix. Otros prefieren bombo y guitarra criolla. El campamento tiene energía eléctrica propia, al igual que gas natural que llega por un gasoducto propio. Telefonía celular, internet y televisión (cada habitación tiene TV propia) llegan vía Starlink, la red satelital de Elon Musk.

Somos el proveedor más “prestigioso”, se jacta, y cita que entre 2021 y 2023 la empresa invirtió USD 1.500 millones en la Argentina, aunque debido a la baja del precio internacional del litio debió recalcular sus operaciones en todo el mundo. En el caso argentino, decidió escalonar la expansión de la “Fase 1 B” en Fénix y el inicio del proyecto Sal de Vida, en el mismo Salar, a unos 10 kilómetros, y redujo la planta de personal, de cerca de 1.500 a poco más de 1.300 en la actualidad.

La caída del precio del mineral en los mercados “spot” del mundo (de casi USD 80.000 la tonelada en la segunda mitad de 2022 a poco más de USD 10.000 en la actualidad) pegó fuerte en el valor de la acción y la capitalización bursátil de Arcadium, que cayó de USD 10.000 millones a USD 2.000 millones en 9 meses (uno de los principales accionistas es BlackRock, del legendario Larry Fink, el más grande administrador de fondos privados del mundo), pero Costa aclara que la mayor parte de las ventas de Arcadium Argentina son por contratos, usualmente de dos años de plazo, y que el precio promedio de exportación actual es de USD 17.500 por tonelada.

En la planta en Güemes, Salta, Juan Carlos Aybar, explica a los visitantes las etapas por la que la salmuera de litio que reciben de Fénix y que llegan cada día en 3 camiones cisterna con unas 30 toneladas de carga cada uno, se depura hasta transformarse en cloruro de litio. El carbonato, dice, es más parecido a la harina y el cloruro al azúcar, aunque a la vista es muy difícil apreciar la diferencia. La planta de Güemes, dice, sirvió para mantener viva la operación de “Minera del Altiplano” en 2003, cuando el precio del carbonato estaba por el piso.

Alberto, del sector de logística, cuenta que Arcadium se maneja con camiones por falta de alternativas ferroviarias. En 2016 se reinició la actividad del Belgrano Cargas, que les permitió mover la Soda Ash, un insumo clave que se desembarca en eal puerto de Antofagasta, en Chile, y llegaba hasta el Salar de Pocitos gracias a un convenio con Ferronor, una línea ferroviaria chilena. El acuerdo duró solo 4 años: primero el gremio ferroviario exigió que la carga llegara solo hasta la frontera, y después el Belgrano Cargas consideró antieconómico transportar tan poco volumen (unas 30.000 toneladas anuales). Volver con Ferronor no fue posible, por el monto que exigía por el uso de sus vías la línea ferroviaria argentina. En cuanto a la salida de la producción, 60% es por puertos chilenos (Antofagasta o Mejillones) y 40% por el puerto de Buenos Aires.

El RIGI, aclara, no es tan importante para el litio como lo es para los proyectos de cobre. “No nos da mucho más de lo que jurídicamente daba la ley de inversiones mineras”, detalló. Principalmente, estabilidad fiscal por 30 años. Lo más importante, dije, es que la ley se cumpla. Pero claro que usarán el RIGI, concluyó.

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