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22 de agosto de 2024

Qué le pasa al cuerpo cuando consumimos gaseosas azucaradas

Detrás de cada sorbo se esconde un complejo proceso químico que puede tener un impacto en la salud

>Beber un Según detalla Medical Todays, al consumir un refresco, el cuerpo experimenta una serie de reacciones químicas que pueden afectar la salud. Dentro de los primeros 10 minutos, una gran cantidad de Una lata o botella de refresco normal contiene 155 calorías, 38 gramos de carbohidratos, 37 gramos de azúcar y 34 miligramos de cafeína. Para ponerlo en perspectiva, la Asociación Americana del Corazón recomienda limitar el azúcar a 25 gramos al día para las mujeres y 36 gramos para los hombres, menos de lo que contiene una lata de refresco. En cuanto a la cafeína, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU aconseja mantenerla por debajo de 400 miligramos al día.

A los 20 minutos, los niveles de “En la mayoría de los casos, este refresco se consume además de una comida, por lo que los hidratos de carbono adicionales tendrán que ser procesados. Este azúcar extra, en lugar de almacenarse en el tejido muscular, se convierte en grasa en el hígado”, detalla el experto.

Alrededor de los 40 minutos, la cafeína ha sido completamente absorbida. El hígado libera más azúcar en el torrente sanguíneo, y la cafeína bloquea los receptores de adenosina en el cerebro, impidiendo la somnolencia. Esto explica por qué un refresco puede hacer que una persona se sienta más despierta, aunque solo sea de manera temporal.

Minutos después, el cuerpo aumenta la producción de Una hora después de beber el refresco, el cuerpo comienza a experimentar una caída brusca de energía. Según explica en un informe Sanford Health, el sistema sanitario rural de Estados Unidos, este “crash de azúcar” puede provocar irritabilidad o cansancio: “Los bajones de azúcar suelen provocar que estemos increíblemente distraídos a lo largo del día, lo que lleva a una falta de productividad y concentración. La confusión, el comportamiento anormal, la incapacidad para completar tareas rutinarias, son síntomas comunes”.

De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, el consumo frecuente de bebidas azucaradas está relacionado con obesidad, diabetes tipo 2, cardiopatías, enfermedades renales, enfermedad hepática no alcohólica, caries dental, y gota (un tipo de artritis). Sin embargo, los riesgos están en el consumo habitual o elevado de estas bebidas. “Un refresco ocasional no va a tener un impacto significativo en tu salud. Es cuando se convierte en un hábito habitual cuando es un problema”, aseguró a Fox 5 Cordialis Msora-Kasago, vocera de la Academia de Nutrición y Dietética de los EEUU.

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