7 de junio de 2024
El estremecedor estado de un prisionero ucraniano tras dos años de confinamiento en un campo de detención de Putin
Roman Vasiliovich Gorilyk soportó condiciones inhumanas en Rusia. Su historia simboliza la violencia impulsada por el Kremlin
El OACDH ha documentado en detalle los abusos sistemáticos sufridos por los prisioneros ucranianos en manos rusas. Según el informe, los prisioneros en Rusia fueron forzados a soportar condiciones espantosas: celdas abarrotadas, sin acceso a ejercicio al aire libre, y carencia de condiciones sanitarias adecuadas. Más del 80% de los prisioneros que regresaron se quejaron de la calidad y cantidad de la comida, describiendo cómo les daban alimentos podridos o contaminados con arena y piedras.
Uno de los casos más impactantes fue el de dos soldados ucranianos heridos a quienes se les obligó a arrastrarse con las piernas rotas durante 500 metros hasta una posición rusa, todo mientras eran filmados.
Además, se han reportado numerosos casos de tortura: prisioneros apuñalados, estrangulados, atacados por perros, electrocutados con pistolas paralizantes y sometidos a simulacros de ejecución. Las prisioneras mujeres narraron experiencias desgarradoras de desnudarse frente a guardias hombres y ser sometidas a exámenes invasivos, mientras escuchaban los gritos de otros prisioneros siendo torturados.
El proyecto “I Want to Live” exige a Rusia a resolver el tema de los prisioneros de guerra mediante un intercambio total “todos por todos”. “Esto es una cuestión humanitaria. Los rusos deben dejar de usar el sufrimiento de estas personas y sus familias como arma”, enfatizó el grupo en un comunicado.
La liberación de Roman Vasiliovich Gorilyk y otros prisioneros es solo un pequeño paso en una lucha continua. Mientras tanto, la comunidad internacional debe mantenerse vigilante y continuar presionando para que se respeten los derechos humanos y se ofrezcan condiciones dignas a todos los prisioneros de guerra. La situación demanda una acción inmediata y decidida para prevenir más sufrimientos y asegurar que los responsables de estas violaciones rindan cuentas.