29 de diciembre de 2025
El recuerdo de Gabriela Gili, la actriz de mirada única que no supo luchar contra la depresión y murió cuando apenas tenía 46 años

La heroína de telenovelas de los años ‘70 y ‘80, que fuera esposa de Rodolfo Bebán, falleció el 29 de diciembre de 1991 producto de una insuficiencia cardíaca. La historia de una mujer que iluminó la pantalla y cuya luz se fue apagando de a poco
No venía de una familia de artistas. Y tampoco tenía la posibilidad de ir seguido al cine, como le hubiera gustado. Sin embargo, se pasaba horas escuchando radioteatros. Y jugaba a imitar a Lolita Torres en el espejo. Así fue como descubrió su vocación. Se convirtió en la típica alumna de primario y secundario que quería formar parte de todos los actos del colegio. Y, aunque luego se anotó para estudiar magisterio, una profesión esperable para una jovencita como ella, en paralelo comenzó a cursar en el Conservatorio de Arte Dramático.
Su belleza sumada a su talento fueron un combo imbatible. Y Gabriela no tardó en convertirse en uno de los rostros favoritos del público. Sin embargo, conforme su éxito profesional iba aumentando, los laberintos de su mente le empezaron a jugar una mala pasada. Luego de que sus padres se radicaran en Montevideo, Uruguay, empezó a lidiar con la soledad. Y a la profunda melancolía que la agobiaba se le sumaron trastornos alimenticios, que por aquellos años ni siquiera tenían un nombre que los definiera. Así fue como conoció al doctor Carlos Murúa, de quien se terminó enamorando. Ambos se casaron y, en 1971, trajeron al mundo a su hijo Leonardo.
En 1972, en tanto, la convocaron para protagonizar Malevo junto a Bebán. Él era uno de los galanes más codiciados de la época. Y sus ojos lograron cautivar a Gabriela. Sin embargo, ambos recién pudieron darle rienda libre a sus sentimientos un año más tarde, cuando Gili se divorció de Murúa. El romance, sin embargo, recién se confirmó públicamente en 1974. Y fue portada de las revistas del corazón, que con asombro daban cuenta de que el inconquistable actor de los ojos verdes más bellos, había sucumbido ante los encantos de la heroína a la que todos admiraban.
No obstante, Gabriela volvió a ser convocada para formar parte de ciclos que contaron con gran repercusión, como Crecer con papá y Amar al Salvaje. Y, en 1984, fue la protagonista junto a Claudio García Satur de Historia de un trepador, con la que volvió a experimentar lo que es el fanatismo de la gente. Finalmente, en 1988 formó parte de Pasiones, una novela encabezada por Raúl Taibo y Grecia Colmenares. Pero, luego de eso, su presencia en la escena mediática se fue diluyendo. Empezó a estudiar canto y encaró alguna que otra temporada de teatro. Aunque ya no volvió a brillar. Y su depresión se fue agudizando.


