9 de diciembre de 2025
“Leyes cruzadas” y un calendario ajustado: los desafíos que enfrenta el Gobierno para las sesiones extraordinarias

Diputados tendrá, desde mañana, el desafío de avanzar rápido con el Presupuesto 2026 y la inocencia fiscal. En tanto, el Senado buscará acelerar la reforma laboral. El acotado cronograma choca con las fiestas y algunos bloques temen que los proyectos sean aprobados, pero no sancionados antes de fin de año
Al ser más flexible en cuanto a reglamento, Diputados podría dictaminar rápido el Presupuesto 2026 -lo hizo antes que terminara el período ordinario y, con el recambio, perdió validez- y llevarlo lo antes posible al recinto, para dejarle al Senado dos semanas. La primera, para firmar un despacho; la segunda, luego de los siete días -no habría dos tercios para habilitar sobre tablas, con el kirchnerismo en modo opositor total-, para sesionar. No es ilógico, aunque forzaría con seguridad a trabajar lunes o viernes, la criptonita del 95% de legisladores que vuelan todas las semanas hacia la Capital Federal. Todo esto, bajo una potencial perspectiva acuerdista de las partes que estarán involucradas.
El Congreso es día a día, llamado a llamado y voto a voto. Pensar que todo caminará de forma natural o por mensajes mágicos o desde el cielo sería un grave error de parte del Gobierno libertario. Más aún, con un kirchnerismo herido y que pasó de pegarle piñas parlamentarias a Javier Milei con los ojos cerrados a recientes y desesperados intentos para sostener algo más de un tercio de voluntades. No es menor y no debe olvidarse ya que, en el medio, sólo queda un festín de aceitosos. El ida y vuelta de los articulados, las discusiones en las comisiones y en los recintos son sólo la pantalla de cuestiones políticas, personales y de eventuales elefantes que tendrán que pasar por un bazar sin ser detectados.Con el Presupuesto 2026 estará atado el demorado texto de inocencia fiscal que entró a Diputados y, en un segundo, ingresó a siesta durante meses. En paralelo a esto, la jefa libertaria en el Senado, Patricia Bullrich, ya prepara el hombro para cargarse la discusión de la reforma laboral, a la que le quiere dar un trámite muy ágil. No es una meta sencilla, pero la saliente ministra de Seguridad asegura tener “fe”. De nuevo, será clave obtener un dictamen en un abrir y cerrar de ojos para aguardar una semana y votarlo. Bien pretencioso.


