28 de noviembre de 2025
Infancia rohingya en Bangladesh: desnutrición, inseguridad y recortes ponen en jaque la supervivencia en los campos de refugiados

Organismos como UNICEF insisten en la urgencia de mantener el apoyo internacional para evitar un deterioro aún mayor en la vida y el futuro de estos niños
Desde 2017, año en que una campaña militar del Tatmadaw (Ejército de Myanmar) expulsó a unas 740.000 personas, el flujo de desplazados ha ido en aumento.
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) confirma que la infancia rohingya enfrenta una de sus etapas más difíciles desde el inicio del éxodo masivo. Más de medio millón de niños han nacido y crecido en un entorno sin nacionalidad definida, viviendo en refugios temporales y en condiciones peligrosas, completamente dependientes de la asistencia humanitaria.
Estos menores, además de sufrir riesgos nutricionales y la ausencia de servicios educativos adecuados, están expuestos a brotes de enfermedades, abandono, explotación, incluyendo violencia de género, matrimonio y trabajo infantil. Los desastres estacionales, como monzones y ciclones, incrementan la fragilidad de esta población, con impacto también en las comunidades anfitrionas de Bangladesh.La falta de acceso a educación formal incrementa el riesgo para los jóvenes, que carecen de opciones de aprendizaje y empleo, y quedan vulnerables al tráfico de personas y a redes criminales.La reducción de la ayuda internacional de donantes como Estados Unidos y la Unión Europea ha profundizado la emergencia. El Programa Mundial de Alimentos (PMA), a través de voces como Rokibul Alam, expresó su preocupación porque la reorganización de presupuestos puede afectar aún más la provisión de servicios esenciales.


