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19 de noviembre de 2025

Emoción, anécdotas e historia grande: así fue el homenaje a los preparadores más emblemáticos de Ford y Chevrolet

José Miguel Herceg y Jorge Pedersoli, múltiples campeones en el TC y también consagrados en el TC 2000, fueron reconocidos por la Legislatura Porteña. Cómo era armar un motor artesanal

>Sonríen al recordar viejas anécdotas y también se les pianta un lagrimón de la emoción. José Miguel Herceg (89 años) y Jorge Pedersoli (84 años), los preparadores más emblemáticos de Ford y Chevrolet, respectivamente, fueron homenajeados este martes en la Legislatura Porteña con el título de Personalidad Destacada. Protagonizaron batallas interminables en el Turismo Carretera en la época de la ruta. Fueron los responsables de motorizar los autos campeones de En este deporte mucho se habla de los pilotos, pero se trata de una disciplina en la que el factor grupal es clave. Se puede tener el mejor chasis, pero si no es acompañado de un buen motor (o viceversa), la combinación carece de sustento. En los inicios del TC, los pilotos eran sus propios preparadores y los ejemplos más claros fueron los hermanos Oscar y Juan Gálvez, o más tarde los Gringos de Olavarría, los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi. A mediados de los sesenta, dos jóvenes comenzaron a ganarse su lugar en la élite de los preparadores y fueron los propios Herceg y Pedersoli, especialistas en los impulsores. Ambos son representantes del armado artesanal en su totalidad del motor.

Herceg fue el padre de los Falcon del equipo oficial Ford que aplastó entre 1972 y 1978 con las coronaciones de Pedersoli, por su parte, tuvo su primer hito al meterle mano al impulsor del mítico Este medio habló con ellos durante el evento. “Es un día especial porque es un regalo que uno lo aprecia muchísimo porque es en vida. Después de que uno falleció ya no tiene el mismo sabor, así que es un acto muy bueno que uno lo disfruta”, dijo el Polaco Herceg. Sobre el mejor auto que preparó indicó que “uno no puede evaluarlo, pero, posiblemente, cada vez fue más jugoso a medida que pasaron los años, porque cuando es joven no se le da el mismo valor”. Acerca del secreto para ganar tanto con el equipo oficial Ford de TC, sostuvo que “nos hemos sacrificado mucho y también al representar a una fábrica dispusimos de los mejores elementos, lo que ayudó a hacer las cosas perfecto a la hora de armar los autos”.

Sobre cómo era preparar un motor de manera completamente artesanal afirmó que “todo era complicado porque en ese momento el auto de carrera no sé si llegaba al 50 % de lo que era el auto de calle. Lo demás eran todas cosas especiales, como las llantas, los frenos, el motor, prácticamente se usaba el bloc, la tapa de cilindro y algunas otras cosas. Después, todo era preparación especial. Nosotros con el Falcon tuvimos muchos problemas porque su motor era australiano, entonces no había ningún repuesto y hubo que fabricar todo. Encima, cuando me contrataron vino una intervención porque la empresa no andaba bien y me derivaron para que me arregle”. Entre los inconvenientes que sufrieron reveló que “tuvimos un problema con unos filtros de aceite y se rompían dos o tres motores, pero después lo solucionamos a lo último y ya arrancamos el año ’72 en buenas condiciones. Tuve que hacer la carrocería y debutamos y ganamos en Mendoza. Ganamos con Gradassi y logramos el 1-2-3, así que ahí nos dio un alivio muy bueno, porque encima Chrysler debutó con la Dodge GTX, que era un auto muy superior a lo que se estaba usando”.

Obviamente le dedicó palabras al recordado Roberto Mouras: “Con él gané 50 carreras en el TC. Es un dato importante porque Juan Gálvez tiene 56. Roberto era un tipo humilde, un tipo al que muchas veces le he dicho ‘Roberto, esto es un cachivache, con esto no se puede ir a correr’. Y me respondía ‘y, bueno, vamos’. La paciencia que tuvo este hombre conmigo hoy no existe. Hoy cambian los motoristas, los chasistas, vuelven, van y vienen. Pero claro, hoy correr en auto (por carrera de TC) sale cincuenta millones de pesos”.

De su retiro admitió que “cuando me agarró un poco la vejez, dije ‘bueno, esto ya me aburrió’. Salió lo del multiválvulas, porque cuando Urtubey (Alejandro, ex presidente del Top Race) dijo que iba a traer unos V8, creo que la ACTC (Asociación Corredores Turismo Carretera) se enojó y quería un motor de mucha más potencia y hubo que hacer el multiválvulas (reemplazó a los varilleros en 2015). Yo lo hice de una manera, para no desarmarlo. Pero hoy tenemos un motor que no puede hacer ni 200 kilómetros, que hay que desarmarlo, que se rompe. Yo me río porque digo “es como si yo me compro una Ferrari, llego a Dolores y le tengo que hacer el service (risas)”

Los homenajes siempre deben rendirse en vida. José Miguel Herceg y Jorge Pedersoli vivieron una tarde inolvidable junto a su familia y amigos en el palacio legislativo. Ambos son historia viva del automovilismo argentino y se honró su labor. Un merecido reconocimiento para dos exponentes de la labor artesanal sobre los motores, el corazón del auto de carrera.

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