6 de noviembre de 2025
Investigadores del MIT crearon un parche que podría mejorar la recuperación del corazón tras un infarto

A través de un estudio con animales, el equipo de la universidad estadounidense demostró que el dispositivo disminuye el tejido dañado y mejora la supervivencia. Cuáles son los desafíos
La programación de la liberación de los medicamentos se logra al modificar el peso molecular de los polímeros que forman las cápsulas.
Eso permite controlar la velocidad de degradación y, por tanto, el momento en que cada fármaco se libera. Para este desarrollo, los investigadores diseñaron partículas que se descomponen en tres intervalos: días uno a tres, siete a nueve y doce a catorce tras la implantación.Jaklenec explicó la lógica detrás de esta secuencia: “Cuando el tejido se regenera, sigue una serie de pasos cuidadosamente sincronizados. La doctora Erica Wang, la primera autora, creó un sistema que entrega los componentes clave en el momento justo, en la secuencia que el cuerpo utiliza de forma natural para sanar”, dijo Jaklenec.
El equipo integró estas micropartículas en láminas delgadas de hidrogel, fabricadas con alginato y PEGDA, materiales biocompatibles que se degradan en el organismo. Wang describió el proceso: “Encapsulamos matrices de estas partículas en un parche de hidrogel, y luego podemos implantar quirúrgicamente este parche en el corazón. De este modo, realmente estamos programando el tratamiento en este material”, contó Wang.Las pruebas en esferas de tejido cardíaco, compuestas por cardiomiocitos derivados de células madre pluripotentes inducidas, células endoteliales y fibroblastos cardíacos humanos, mostraron que el parche favoreció el crecimiento de vasos sanguíneos, aumentó la supervivencia celular y redujo la fibrosis. En modelos de infarto en ratas, los resultados fueron contundentes. Los animales tratados con el parche presentaron una supervivencia un 33 % mayor, una reducción del 50 % en el tejido dañado y un aumento significativo del gasto cardíaco, en comparación con los que no recibieron tratamiento o solo recibieron los fármacos por vía intravenosa.El estudio también comprobó que los parches se disuelven gradualmente, convirtiéndose en una capa muy fina al cabo de un año, sin interferir con la función mecánica del corazón. “Esta es una forma importante de combinar la administración de fármacos y los biomateriales para potencialmente ofrecer nuevos tratamientos a los pacientes”, sostuvo el doctor Langer, quien tiene más de 1.360 patentes concedidas y en trámite en todo el mundo.El equipo planea ahora probar el parche en otros modelos animales con la esperanza de avanzar hacia ensayos clínicos.


