29 de octubre de 2025
Cuba en máxima alerta ante la inminente llegada del huracán Melissa
El huracán que devastó Jamaica como categoría 5 se aproxima al oriente cubano con vientos de más de 200 km/h y riesgo extremo de inundaciones y destrucción
>Cuba se encuentra en máxima alerta ante la inminente llegada del Miguel Díaz-Canel, el dictador de Cuba, comunicó a la población que se trata de uno de los huracanes más significativos que azota al país y advirtió que “habrá mucho que trabajar. Sabemos que van a ser muchos los daños que va a ocasionar este ciclón”. Díaz-Canel llamó a actuar con “responsabilidad” y a seguir las recomendaciones oficiales para evitar la “pérdida de vidas humanas”.Las autoridades han advertido del peligro extremo que representa el paso de Melissa debido a la alta probabilidad de inundaciones súbitas, penetraciones del mar en zonas bajas, derrumbes y rotura de presas. En seis provincias orientales —Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín, Las Tunas y Camagüey— se han puesto a salvo o asegurado las condiciones de cerca de 650.000 personas, aproximadamente el 7% de la población del país, mediante evacuaciones a casas de familiares, amigos o refugios estatales.La actividad cotidiana en la región oriental está detenida: el transporte público terrestre, marítimo y aéreo ha sido suspendido; las clases fueron canceladas y se ha priorizado la protección de infraestructuras estatales y cultivos. Por motivos de seguridad, dos de las siete centrales termoeléctricas —infraestructuras clave y obsoletas del Sistema Eléctrico Nacional— se han parado, ante el temor a daños por el impacto directo del huracán.La llegada del huracán coincide con una severa crisis nacional. Tras más de cinco años de contracción económica, Cuba enfrenta elevada inflación, escasez de bienes básicos —alimentos, combustible y medicinas—, deterioro del poder adquisitivo y una creciente dolarización, agravada por el desplome del peso y la migración masiva. La situación energética es crítica: las constantes averías en las centrales termoeléctricas y la falta de divisas para importar combustible han provocado apagones superiores a 20 horas diarias en muchas zonas, y se teme que Melissa ocasione un apagón nacional de larga duración, como ya ocurrió con los huracanes Ian y Rafael.A la crisis económica y energética se suma el deterioro sanitario. Cuba experimenta un repunte fuera de control de enfermedades transmitidas por mosquitos —dengue, oropouche y chikunguña— que sobrepasan la capacidad hospitalaria en varias regiones. El Ministerio de Salud Pública del régimen reconoció recientemente más de 13.000 casos sospechosos de fiebre en solo una semana, equivalente al 1 por mil de la población cubana. Expertos relacionan la propagación de estas enfermedades con la falta de fumigación, la acumulación de residuos y la debilitada atención primaria, factores vinculados a la crisis económica.El registro histórico muestra que el último huracán de categoría 5 en Cuba fue Irma en 2017, con un saldo de 10 fallecidos y daños valuados en aproximadamente USD13.000 millones (11.147 millones de euros). En Santiago de Cuba, el ciclón más reciente fue Sandy en 2012, que causó 11 muertes y serios daños materiales. Los meteorólogos nacionales han alertado que la actual temporada ciclónica, vigente del 1 de junio al 30 de noviembre, será “muy activa”, con hasta ocho huracanes previstos, dos de los cuales —Óscar y Rafael— impactaron directamente la isla en la temporada anterior.(Con información de EFE)


