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DEPORTES

6 de agosto de 2014

Facundo Chapur: "Quiero ser piloto profesional en Europa"

Una de las promesas del automovilismo argentino aseguró que quiere correr en el "Viejo Continente" y que se ve lejos de la Fórmula Uno. Además, habló sobre su visita al Papa: "Soy el típico que reza en momentos en los que se siente en aprietos".

“No estoy bien de la cabeza, pero no voy al psicólogo”. Facundo Chapur, el campeón de la Clase 3 del Turismo Nacional que el fin de semana se fue en silencio de Termas tras perder la carrera en la última vuelta, no duda al momento de reírse de sí mismo. Con sólo 20 años, el piloto cordobés es una de las promesas más firmes del automovilismo argentino.

Fue campeón de las Clases 2 y 3 en forma consecutiva, en 2012 y 2013, logro que había alcanzado únicamente Rafael Verna en los años 1992 y 1993. Pero los elogios que recibe van más allá de sus habilidades al volante, y este año recibió el premio a “mejor compañero” que le permitirá viajar para visitar nada menos que al Papa.

–¿Cómo es que te premien por ser buen tipo?
–Es algo realmente muy lindo, para lo que uno no se prepara ni se entrena. No hago nada para ser buena persona. Es muy satisfactorio que te destaquen como mejor compañero en un ámbito tan competitivo como el Turismo Nacional. Es algo que me llena mucho, porque significa que tus colegas tienen una buena perspectiva tuya. La verdad es que yo también soy alguien al que le gusta competir, pero sólo en la pista; afuera, soy de hacer muchos amigos. Es lindo terminar la carrera, bajarte del auto y poder seguir disfrutando.

–Ese tipo de premios se daban en el colegio. ¿Cómo eras en el aula?
–(Risas) Ahí no me eligieron mejor compañero. Era inquieto, juguetón, creído. No de los típicos “rebeldes”, pero era de hacer “jodas”. La verdad es que no iba mucho porque, por el deporte, viajaba demasiado. A las materias de los viernes me las llevé a casi todas: debo haber estado dos meses sin ir esos días. Tenía como 80 faltas. Me ponían amonestaciones por usar el teléfono, por esconderme en el baño, cosas así. No era nada grave. Ahí era difícil que me premiaran, no era un buen ejemplo para los chicos (risas).

–¿Y como alumno?
–Por suerte, rendí todas las materias en febrero del año en que cursé sexto. Me puse las pilas y las saqué a todas. Historia me costaba porque era larga y yo, muy vago. ¡Y filosofía! ¡Ay, filosofía, por dios! En esa me escondía en el baño para no entrar (risas).

–Vas a conocer al Papa. ¿Qué sabés de él?
–Sé que es una persona muy humilde, muy simple y muy querido por la gente. No conozco su “currículum” completo, pero siempre escuché cosas buenas de él en las noticias. Me gustan y estoy de acuerdo en casi todas las cosas que dice y hace. Deberían existir más personas como él.

–Pero, ¿sos creyente?
–No voy a misa. Soy el típico que reza en momentos en los que se siente en aprietos, tanto en la salud, en el deporte, como en otros ámbitos. Pero, obviamente soy creyente y conocer al Papa es algo que a cualquiera le encantaría vivir. Es una de las personas más importantes del mundo.

Pese a que lo consideren un diamante en bruto, Chapur pisa tierra firme y, desde las calles de Quisquisacate, recuerda sus raíces: “Cuando nací, vivíamos en barrio Talleres. Y, al año, nos fuimos a Quisquisacate, por la zona de Argüello, donde vivimos hace 19. Mis padres son trabajadores: mi mamá es maestra jardinera y mi papá, tiene un taller de bombas inyectoras”.

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–Los que saben, aseguran que no tenés techo…
–Creo que ningún piloto tiene techo. Si lo agarrás a (Matías) Rossi, a (Guillermo) Ortelli, tampoco tienen techo. Todos pueden superarse cada día un poco más, porque las personas pueden superarse.

 

Pechito
–¿Qué te parece lo que está logrando “Pechito” López?

–Lo de “Pecho” no me sorprende. Siempre supe el piloto y lo profesional que es. Marcó un antes y un después en el automovilismo argentino. Es alguien que nos hizo bien a todos los pilotos del país. Con él, el automovilismo se profesionalizó de manera tal que ahora el nivel es grandioso y cualquier argentino que vaya al exterior no va a desentonar.

–Él no llegó, al menor por ahora, a la Fórmula Una. Vos sos joven, ¿te tenés fe?
–No, creo que para correr en Fórmula Uno primero tenés que hacer una carrera allá desde joven. Ahora está impuesto así: te contratan desde que corrés en karting, tenés que destacarte allá y hoy por hoy se hace imposible bancarse una carrera de ese tipo. Por más joven que sea, me parece que es un poco tarde. Pero, bueno, uno nunca pierde las ganas.

–Corrías con el escudo de Talleres en el techo, ¿cómo nació tu amor por la “T”?
–Desde chiquito íbamos a la cancha con mi viejo, mi hermana y mis primos. Éramos una “banda” gigante que pasó por las plateas y la popular. Ahora hace mucho que no voy, por las carreras, pero tengo muchas ganas de volver.

–¿Con qué soñás?
–Quiero ser piloto profesional en Europa. Ese es mi sueño. No me trazo objetivos porque si no llegás, después podés decepcionarte. Lo sueño, pero sé que no depende sólo de mí.

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