21 de octubre de 2025
Todo lo que declaró Cristian Graf, acusado de encubrir el hallazgo de los restos de Diego Fernández Lima

Fue durante la indagatoria ante el juez Alejandro Adrián Litvack y el fiscal Martín López Perrando. El homicidio del estudiante desaparecido en 1984 está prescripto
Durante una audiencia celebrada el viernes ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°56, Graf (59) fue confrontado con la imputación de encubrimiento, figura penal que implica obrar con el propósito de ayudar a evitar que un hecho delictivo sea descubierto o que los responsables sean individualizados.
Sobre los hechos investigados, Graf negó tener relación o recuerdo alguno de la víctima, incluso tras ser confrontado con registros escolares. “No recuerdo a esta persona, Fernández Lima, yo me entero del hecho en sí cuando estaba trabajando, mi hermana me llama, fue cerca del mediodía… Luego fuimos a declarar a la Policía, le tomaron declaración a mi hermana porque fue la que estaba”, dijo y narró que llegó al domicilio cuando las autoridades ya estaba en el lugar del hallazgo.
Dejó asentado que las explicaciones alternativas que circularon (“huesos traídos por camión”, “una iglesia antigua”, “un establo”) no partieron de su propia boca, y que en realidad lo mencionado en charlas con los obreros respecto a una iglesia obedeció a una anécdota sobre la antigua historia del barrio.
“En mi casa antiguamente había habido una iglesia, que se mudó a dos o tres cuadras… Lo dije seguramente como algo anecdótico, hablamos de los antiguos dueños, nada en especial. Después lo que se hablaba con los vecinos, tenemos un grupo de WhatsApp respecto a que iban a hacer en la obra”, explicó.A largo del extenso interrogatorio, Graf contestó en detalle cada uno de los planteos de la fiscalía y la defensa, buscando dejar sentada su falta de conexión con los hechos investigados. Relató minuciosamente el proceso de demolición y construcción lindero, las autorizaciones para realizar medianeras, y describió la distribución del terreno y las casas involucradas en el hallazgo. Explicó que la pileta fue construida hace 25 años, sin que jamás hayan ingresado materiales ajenos ni tierra externa al predio, y remarcó que toda la tierra excavada fue retirada en volquetes a través de su domicilio.“La pileta la hicimos hace 25 años. Ingresó por la calle Naon, donde antiguamente no había un edificio, había una casa y terreno. Se subió por encima de la propiedad de los Olmi (los que le alquilaron a Cerati), y se ingresó. La colocó la gente a la que le compramos. La tierra que sobró se la llevaron los volquetes, se la llevaron con carretilla por mi casa”, amplió.“No me acuerdo ni de él ni de mis otros compañeros… Yo no era tan sociable”, afirmó y sostuvo no recordar que hubiera sido tema de conversación la desaparición de Fernández en 1984. También destacó la ausencia de contacto entre los dos grupos familiares.
Graf intentó despejar sospechas respecto de la circulación por la propiedad: reconstruyó quiénes vivían en la casa en la época de los años ochenta y cómo estaba dividida entre abuelos, padres y hermanos. Explicó accesos, la existencia de alambrados y ligustrinas como límite, así como la presencia de otras familias y una guardería en el domicilio lindero de Avenida Congreso 3748.“Lo único que pedí fue que como al fondo de todo, a un metro de donde termina mi casa, había una Santa Rita que había plantado mi papá y mi mamá, mi mamá me pidió que quería que no la toque, casi en el rincón mismo, a unos 90 centímetros del fondo. Cuando hicieron la pared, la planta quedaba incrustada, y por eso le expliqué a mi mamá y opté por sacarla”, aclaró.
Y siguió: “Estaba a dos metros, metro y medio, en forma paralela a la línea de la medianera. La confundieron con el bananero que estaba en la esquina de la pileta. Yo nunca dije que no toquen el banano, solo la Santa Rita por un tema afectivo. En el mismo lugar puse una Santa Rita”.Señaló que solo cuando se conoció públicamente la identidad de Fernández Lima tomó contacto con su defensa de confianza y se puso a disposición de la fiscalía, donde –según su versión– acudió voluntariamente antes de que se requiriera formalmente su declaración.