16 de octubre de 2025
Francia y Estados Unidos pidieron que se respete la democracia en Madagascar tras el golpe militar
París instó a las nuevas autoridades a preservar el Estado de derecho y atender las demandas de la juventud malgache, mientras Washington llamó a todas las partes a buscar una salida pacífica luego de la asonada que forzó la huida del presidente Andry Rajoelina
La cartera diplomática subrayó que “las profundas aspiraciones del pueblo malgache —y en particular las de su juventud— por una vida mejor, más justa y digna, deben ser escuchadas y tomadas en cuenta”. También expresó su “compasión” hacia las víctimas y reiteró que la seguridad de los ciudadanos franceses en Madagascar constituye una “prioridad”, al tiempo que confirmó que la embajada y el consulado en Antananarivo “siguen plenamente movilizados”.
Por su parte, Estados Unidos expresó que sigue “de cerca” la situación sobre el terreno e instó a todas las partes a buscar una salida no violenta al conflicto.“La situación de seguridad se mantiene en calma, pero el Departamento (de Estado) permanece vigilante para garantizar la seguridad de nuestra embajada, nuestro personal y los ciudadanos estadounidenses en Madagascar. Instamos a todas las partes a buscar una solución pacífica”, indicó un portavoz del Departamento de Estado en Washington.El martes, el Cuerpo de Administración de Personal y Servicios del Ejército de Tierra (CAPSAT), una unidad de élite que controla la logística militar, anunció la disolución de la Constitución y la asunción del poder desde el Palacio Ambotsirohitra, sede de la Presidencia. Su jefe, el coronel Michael Randrianirina, proclamó: “Vamos a asumir nuestras responsabilidades, vamos a tomar el poder”, en respuesta a la crisis política derivada de las manifestaciones de las últimas semanas.El golpe de Estado supuso el derrocamiento de Rajoelina, quien huyó del país sin presentar su dimisión formal, como exigían los manifestantes. Madagascar vive una crisis política desde el 25 de septiembre, cuando estallaron protestas encabezadas por jóvenes indignados por los cortes de electricidad y agua, que pronto derivaron en reclamos por la salida del mandatario, acusado de corrupción, nepotismo y malversación.
Rajoelina, quien llegó al poder por primera vez en 2009 tras otro golpe de Estado y fue reelegido en 2023 en unos comicios cuestionados, enfrentaba crecientes demandas sociales y políticas. Los disturbios reflejan el malestar generalizado por el deterioro de los servicios básicos y la persistente corrupción en uno de los países más pobres del continente africano.