29 de septiembre de 2025
Emmanuel Macron condenó las amenazas contra la jueza que sentenció a Nicolas Sarkozy a cinco años de prisión en Francia

“El Estado de derecho es la base de nuestra democracia”, señaló el presidente
Las amenazas contra la jueza Gavarino, que incluyeron mensajes intimidatorios y la difusión de su fotografía en redes sociales, motivaron la apertura de dos investigaciones por parte de la fiscalía de París. Los mensajes, recibidos tras el anuncio de la condena a Sarkozy el jueves, alertaron a la comunidad judicial por su gravedad y por el hecho de que el caso no está vinculado al crimen organizado, ámbito en el que este tipo de intimidaciones es más habitual.
Aurelien Martini, secretario general del sindicato USM, declaró a BFMTV que “para un juicio que no tiene nada que ver con el crimen organizado, esto es un nuevo paso”. La condena impuesta a Sarkozy, de aplicación inmediata pese a la apelación presentada por el exmandatario, lo convierte en el primer expresidente francés de la posguerra que debe cumplir una pena de prisión.El respaldo institucional a la jueza y la condena de las amenazas han sido unánimes en el sector judicial. El Sindicato de la Magistratura, de tendencia izquierdista, denunció el “ensordecedor” silencio inicial del presidente y subrayó que “los magistrados tienen derecho a expresarse en su condición sindical sin que se cuestione su imparcialidad en el ejercicio de sus funciones”. El Consejo Superior de la Magistratura (CSM) condenó enérgicamente los ataques personales y las insinuaciones de parcialidad dirigidas a los jueces que participaron en el caso Sarkozy. Jacques Boulard, presidente del Tribunal de Apelación de París, hizo un llamado a respetar la independencia de los tribunales y rechazó las acusaciones de falta de imparcialidad.Sarkozy, de 70 años, ya ha presentado un recurso de apelación, pero la sentencia establece que la pena debe cumplirse de inmediato. En una entrevista con Le Journal du Dimanche, el exmandatario sostuvo que habría sido “preferible, sin duda” que Gavarino fuera sustituida, aludiendo a supuestas manifestaciones previas de la jueza en su contra durante su presidencia. Además, se declaró víctima de un “complot” y denunció la “violación de todos los límites del Estado de derecho”.
Las reacciones políticas y mediáticas no se han hecho esperar. Sectores conservadores y de extrema derecha han cuestionado la imparcialidad del tribunal. El diario Le Figaro calificó el fallo de “absurdo e incomprensible” y sostuvo en un editorial que no existían “pruebas tangibles” de los delitos imputados a Sarkozy. El propio expresidente, en declaraciones a la prensa tras la sentencia, consideró el veredicto “extremadamente grave para el Estado de derecho”. Paralelamente, el caso de Marine Le Pen, líder de la extrema derecha, ha servido de precedente: tras su condena por malversación y la prohibición de presentarse a elecciones durante cinco años, la jueza responsable también fue objeto de amenazas y requirió protección policial.En este contexto, la defensa de la independencia de los magistrados se presenta como un elemento esencial para la vigencia de la democracia francesa, ya que cualquier ataque personal contra quienes imparten justicia pone en riesgo los fundamentos mismos del Estado de derecho.