19 de septiembre de 2025
Schiaretti se afianza en Córdoba como el principal opositor a Milei y apuesta a empujar a Provincias Unidas

El ex gobernador es un rival complejo para el Presidente en el segundo distrito electoral más importante del país, donde la Casa Rosada proyectaba un triunfo en el inicio del año
Esa idea triunfalista que había en la Casa Rosada en el inicio del 2025, se encontró con un candidato fuerte e impensado tiempo atrás. Un hueso duro de roer. El ex gobernador Juan Schiaretti decidió, finalmente y tras varios amagues, competir como candidato a diputado nacional por la provincia. Y lo hizo como parte de una mesa que integran varios gobernadores que lanzaron una fuerza nacional nueva: Provincias Unidas.
La fuerza donde conviven Cristina Kirchner y Axel Kicillof es cuestionada permanentemente por el ex gobernador. Su electorado es, mayoritariamente, anti K. Por eso muchos de sus votos se mimetizan con el del oficialismo local. “La presencia del kirchnerismo en estos 20 años degradó el Estado. Lo llenó de empleados militantes”, sostuvo esta semana en la 12° Jornada de Infraestructura de la Cámara de la Construcción.
Su posición anti K compite con la de Milei. Menos agresiva, pero igual de contundente. Ese posicionamiento los emparenta en un mismo electorado. Por eso, la diferencia sustancial que marca Schiaretti con Milei está basada en el modelo de gestión, la influencia de un Estado presente pero ordenado y la moderación de un discurso de centro.
“Va a ser una elección muy pareja. No parece que ninguno de saque demasiada ventaja. No más de cuatro puntos de distancia”, aceptaron en el peronismo cordobés respecto al duelo principal que protagonizarán Gonzalo Roca, primer candidato a diputado libertario y hombre muy cercano a Gabriel Bornoroni, principal referente de La Libertad Avanza en la provincia; y Juan Schiaretti, que tiene el apoyo del actual gobernador Martín Llaryora.Más abajo en el camino de la disputa está la diputada nacional Natalia De la Sota, que no llegó a un acuerdo con el gobierno provincial y presentó una lista aparte. Así como Schiaretti busca caminar por el medio de los libertarios y el kirchnerismo, la legisladora intentará hacer lo mismo, pero marcando distancia entre el gobierno nacional y la gestión local de Llaryora. Ambos quieren romper la polarización, pero lo hacen desde distintos lugares y roles.Marcando los polos, pero sin un discurso extremista y agresivo, Schiaretti apuesta a cuidar el voto de Hacemos por Córdoba que, electoralmente, ahora pasará a llamarse Provincias Unidas. Ese fue el movimiento político fuerte que hizo el tándem Llaryora-Schiaretti en las puertas de esta elección legislativa. Quiere cuidar ese voto que acompañó a Milei en la elección nacional, pero que respaldó a su fuerza en las elecciones desdobladas para gobernador. Para lograrlo tendrá que llevar adelante un fino equilibrio discursivo.
Para el peronismo cordobés las elecciones de medio término siempre fueron complicadas. Porque han quedado atrapados en la disputa nacional con un discurso provincial. Para los comicios ejecutivos ponían en valor el modelo de gestión que construyeron José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti, y que hace un año y medio tiene en la cabeza de Martín Llaryora su continuidad.
Pero para las elecciones legislativas siempre se toparon con las complicaciones de hablar de Córdoba en medio de una disputa con temas nacionales. Esa lógica se rompió ahora con la construcción de Provincias Unidas. “El 26 de octubre vamos a discutir un proyecto de país, no solo lo que pasa en Córdoba. Esta es una discusión nacional y nosotros vamos a intentar armar un bloque grande en el Congreso”, expresó un dirigente importante del peronismo cordobés.Córdoba es el segundo distrito electoral más importante del país. Tiene poco más 3 millones de electores y es la provincia clave del centro argentino en lo que respecta a la situación electoral. Para Milei es determinante tener un buen desempeño. Y si no gana, que la derrota sea por poco margen. Porque, en el resultado a nivel país, le puede servir para mostrar un eventual triunfo. Por eso lo que suceda en esa provincia tiene trascendencia en la discusión nacional.
Por fuera de esa mirada macro, en el peronismo, a nivel nacional, olfatean que la ola violeta que pensaban que los iba a tapar, comenzó a desinflarse y que el mapa de la Argentina tendrá colores diversos cuando se muestren los resultados electorales. Para Provincias Unidas, un triunfo sería un empujón importante, tal vez determinante, para que el proyecto explote a nivel nacional y la marca se instale en el escenario político y en el camino hacia las elecciones presidenciales del 2027.