4 de septiembre de 2025
Por qué no funciona la emulsión de Trump

El bloque formado por Rusia, China e India gana peso estratégico y económico, complicando la respuesta occidental frente a la guerra y redibujando el panorama global de poder
Si comenzamos por el conflicto que amenaza con hacer desaparecer a Ucrania, vemos cómo las capacidades de persuasión de los Estados Unidos están realmente mermadas en este siglo XXI. Porque a Rusia poco le importan las relaciones con Occidente. Según la visión imperante en el Kremlin, el polo de poder emergente está en Asia y es allí a donde deben ir sus esfuerzos político/diplomáticos. Europa y Estados Unidos son naciones declinantes y se pueden arrinconar haciéndoles gastar en defensa para así desequilibrar las cuentas fiscales e impactar negativamente el famoso “Estado de Bienestar”. Logrado esto, Europa se volverá contra sí misma y su debilitamiento abrirá puertas insospechadas para Rusia acceder a la cima del poder mundial. Estados Unidos, por su parte, está suficientemente lejos como para no representar una amenaza inmediata y, una vez tomada posesión de Ucrania, Rusia podrá sentarse a negociar desde una posición de fuerza el tema antártico con Estados Unidos.
En el caso de Venezuela es evidente que la Administración Trump no desea crear un conflicto de dimensiones fantásticas que le obligue a poner botas sobre el terreno y tener que confrontar a un electorado enfurecido al cual le prometió sacar a Estados Unidos de conflictos, no iniciar nuevos. Esto explica los viajes de enviados especiales a rescatar ciudadanos e intentar negociar salidas.