4 de septiembre de 2025
Alertan que el almacenamiento subterráneo de carbono tiene un límite menor al estimado: las consecuencias

Un informe internacional advierte que la técnica de inyectar CO₂ en formaciones profundas como respuesta al cambio climático enfrenta restricciones significativas
La diferencia con los cálculos anteriores radica en que estos no consideraban riesgos ambientales, sísmicos ni de salud pública. El estudio advierte que el almacenamiento geológico debe tratarse como un recurso finito y estratégico, y no como una solución ilimitada.
El análisis también muestra que, bajo las políticas climáticas actuales, muchos escenarios superarían este límite antes de 2100, y casi todos lo harían antes de 2200. Esto implica que el almacenamiento subterráneo, por sí solo, no permitirá revertir el calentamiento global a los niveles deseados si no se acompaña de reducciones drásticas de emisiones.
Para determinar este límite prudente, el equipo realizó un mapeo detallado de las cuencas sedimentarias, que son las formaciones geológicas más aptas para almacenar carbono. Se aplicaron una serie de criterios de exclusión para descartar zonas con riesgos elevados, como áreas sísmicas activas, proximidad a centros urbanos, regiones protegidas y zonas polares.El análisis consideró factores como la integridad de los sellos geológicos, la profundidad de las formaciones, la presencia de fallas tectónicas y la cercanía a fuentes de agua subterránea. Además, se aplicó un margen de seguridad de 25 kilómetros alrededor de áreas urbanas para minimizar riesgos a la salud humana en caso de fugas.
Según el IIASA, aproximadamente el 70% del almacenamiento seguro se encuentra en tierra firme y el 30% en zonas marinas poco profundas.El resultado de este enfoque es una reducción drástica del potencial de almacenamiento global: de un estimado físico inicial de 11.800 GtCO₂, la cifra se reduce a 1.460 GtCO₂ al aplicar todas las capas de exclusión y prevención de riesgos.Las conclusiones del estudio tienen profundas repercusiones para las estrategias de mitigación y las políticas públicas. El almacenamiento geológico de carbono, considerado esencial para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París de mantener el calentamiento por debajo de los 1,5 °C, debe ser gestionado como un recurso escaso y estratégico.Los autores advierten que su uso debe priorizar la remoción duradera de CO₂ de la atmósfera. Joeri Rogelj, coautor y director de investigación en el Grantham Institute, subrayó que “debe utilizarse para detener y revertir el calentamiento global, y no desperdiciarse en compensar la contaminación de CO₂ que podría evitarse”.Esta disparidad plantea desafíos de justicia intergeneracional y equidad internacional, ya que los países con mayor responsabilidad histórica en las emisiones suelen ser los que más capacidad de almacenamiento tienen. Siddharth Joshi, coautor e investigador del IIASA, señaló: “Los países que más han contribuido históricamente a las emisiones también tienen el mayor espacio de almacenamiento práctico disponible y deben mostrar liderazgo en el uso responsable de este recurso”.
Los autores del estudio insisten en que el almacenamiento geológico no puede considerarse una solución ilimitada para el clima. “Este estudio debería ser un punto de inflexión para el almacenamiento de carbono. Ya no puede considerarse una solución ilimitada para que nuestro clima vuelva a un nivel seguro”, afirmó Gidden.