27 de agosto de 2025
Los grupos afines a Evo Morales amenazaron con movilizaciones masivas si la Justicia de Bolivia libera a Jeanine Áñez
La decisión judicial que favorece a la ex mandataria interina reabre las heridas de 2019 y amenaza con desatar un nuevo ciclo de confrontaciones en el país andino
Áñez fue detenida en 2021 y procesada por terrorismo, sedición y genocidio. La Fiscalía sostuvo que las operaciones de seguridad fueron autorizadas directamente desde la presidencia. Sus abogados, en cambio, alegaron que al ocupar la primera magistratura debía ser juzgada por el Parlamento, no por tribunales ordinarios. El fallo de esta semana les dio la razón, aunque el proceso judicial aún no se cierra definitivamente.
El alcance de la decisión judicial se extiende a otros opositores. Luis Fernando Camacho, ex gobernador de Santa Cruz y líder cívico que encabezó las protestas contra Morales, permanece detenido desde 2022 acusado de terrorismo. Marco Antonio Pumari, ex dirigente de Potosí, enfrenta cargos similares. Ambos podrían beneficiarse de la revisión de medidas cautelares.
En el plano político, las reacciones han sido inmediatas. Dirigentes del MAS ven en el fallo un signo de impunidad. “Si así lo amerita y si así tiene que ser, vamos a levantarnos”, dijo Efraín Seña, de la Federación Carrasco Tropical. Darío Manrique, otro líder cocalero, repitió la misma consigna: “Nos vamos a levantar”. La frase, reiterada en los últimos meses, condensa la disposición de los grupos afines a Morales para volver a las calles si sienten amenazados sus intereses.La justicia boliviana, históricamente cuestionada por su falta de independencia, vuelve a situarse en el centro del debate. Los críticos señalan que ha funcionado como un brazo político del poder de turno, ya sea del MAS o de la oposición. Para otros, los procesos abiertos eran una obligación frente a las violaciones cometidas en 2019. El fallo de El Alto revive ese dilema sin ofrecer una salida clara.
En este escenario, la liberación de Áñez o de los otros opositores detenidos podría convertirse en el catalizador de nuevas protestas masivas. Bolivia ya ha experimentado bloqueos de carreteras y movilizaciones prolongadas en 2025. La advertencia de los grupos afines a Morales anticipa una posible reedición de esos episodios.