14 de agosto de 2025
Galaxias durmientes: el hallazgo del Telescopio Espacial James Webb que reescribe la historia temprana del universo

Son enormes estructuras cósmicas que dejaron de formar estrellas apenas unos cientos de millones de años después del Big Bang
La explicación más aceptada hasta ahora involucra la actividad de agujeros negros supermasivos en el centro de estas galaxias. La energía liberada por estos gigantes gravitatorios puede calentar el gas interestelar hasta el punto de impedir que se enfríe y colapse para formar nuevas estrellas.
Pero no es la única hipótesis: las interacciones gravitacionales con otras galaxias, las colisiones que despojan a las galaxias de su gas frío o la retroalimentación estelar —donde explosiones de supernovas y vientos estelares intensos expulsan el material necesario— también podrían jugar un papel clave.Antes de la llegada del JWST, las galaxias latentes detectadas en el universo temprano podían contarse con los dedos de una mano. Ahora, con las capacidades espectroscópicas del telescopio, se ha multiplicado la muestra y se ha logrado una caracterización más precisa.
Según el estudio, todas las galaxias identificadas habían detenido su formación estelar entre 10 y 25 millones de años antes de ser observadas, lo que sugiere un patrón común: períodos de intensa actividad seguidos de pausas prolongadas.La existencia de galaxias latentes tan temprano en la historia cósmica obliga a replantear varias ideas sobre el desarrollo del universo. Tradicionalmente, se creía que las primeras galaxias, formadas a partir de las enormes reservas de gas que dejó el Big Bang, crecían de manera constante durante cientos o miles de millones de años antes de experimentar pausas significativas en su formación estelar.
Sin embargo, los datos actuales muestran que algunas galaxias interrumpieron su actividad mucho antes, en escalas de tiempo que parecen “prematuras” si se comparan con las predicciones. Esto plantea un dilema: o bien los modelos actuales subestiman la influencia de procesos internos y externos capaces de frenar el nacimiento de estrellas, o bien existen mecanismos aún desconocidos que actúan con rapidez en las etapas iniciales del universo.El concepto de formación estelar explosiva también gana relevancia con este hallazgo. Se trata de episodios breves pero intensos, donde una galaxia produce una gran cantidad de estrellas en un lapso reducido, para luego entrar en un estado de reposo. Este patrón, de confirmarse, sugiere que la historia de una galaxia es una sucesión de pulsos creativos y pausas, en lugar de un proceso uniforme.
En términos de física, la clave podría estar en la capacidad de la galaxia para mantener el equilibrio entre la acumulación de gas y los procesos que lo expulsan o calientan. Cuando la balanza se inclina hacia la pérdida de gas frío, la formación estelar se detiene. Y dado que en el universo primitivo las interacciones y fusiones galácticas eran mucho más frecuentes, no es difícil imaginar que estas interrupciones fueran comunes.Lo que sí está claro es que este descubrimiento abre una nueva ventana para entender los procesos que moldearon el universo en sus primeras etapas. El hallazgo no solo aporta datos, sino que también redefine las preguntas que los astrónomos deben plantearse.
El JWST, con su capacidad para observar galaxias extremadamente lejanas y jóvenes, seguirá proporcionando pistas. Cada nuevo dato permitirá refinar los modelos y, posiblemente, derribar más de una suposición establecida. La historia de las galaxias latentes apenas comienza a escribirse, y todo indica que será una de las más fascinantes del relato cósmico.