Miércoles 25 de Junio de 2025

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25 de junio de 2025

El deshielo de un glaciar en Noruega desveló esquís milenarios que muestran cómo cazaban en la Edad de Hierro

Un descubrimiento excepcional en las montañas brindó evidencias sobre las técnicas de movilidad de las comunidades antiguas. Por qué el cambio climático amenaza su conservación

>Fue el retroceso silencioso del hielo lo que dejó al descubierto una herramienta que estuvo oculta por más de mil años. Aquello que parecía una simple tabla de madera reveló una historia mucho más profunda sobre la supervivencia en la nieve.

De acuerdo con Muy Interesante, el hallazgo de un par de En 2014, un equipo de arqueólogos del programa Glacier Archaeology, en colaboración con el Museo de Historia Cultural de Oslo, localizó un esquí completo fabricado en madera de abedul a 1.780 metros de altitud, en la montaña Digervarden. La pieza emergió del borde inferior de un parche de hielo y sorprendió a los investigadores por su estado de conservación, casi intacto tras más de un milenio. Las pruebas de radiocarbono situaron el objeto en la Edad del Hierro tardía, entre los siglos VII y IX d.C.

El esquí recuperado mide 170 centímetros de largo y 14,7 centímetros de ancho, y corresponde a la tipología C1 de Ernst Manker, que se caracteriza por una plataforma elevada para el pie y un orificio horizontal para la fijación de la bota. Aunque la presión del hielo deformó el extremo delantero, este aún conserva una curvatura ascendente. En la punta se observa un pequeño orificio que pudo haber servido para insertar una cuerda, facilitando su transporte o el control de dirección.

La recuperación del esquí permitió elaborar una réplica fiel al original. En 2015, el esquiador tradicional Ma Liqin, procedente de las montañas de Altái, donde aún se utilizan esquís artesanales similares, probó la réplica en terreno noruego.

Los esquís de Digervarden habrían cumplido una función esencialmente práctica, vinculada tanto a la caza como al transporte en regiones nevadas. La montaña donde fueron hallados coincidía con rutas migratorias de renos, y la proximidad de escondites de caza refuerza la hipótesis de su uso durante actividades cinegéticas invernales.

Estos artefactos, preservados por el hielo durante siglos, ofrecen una visión directa de la vida cotidiana en el pasado. Se trata de objetos perdidos en el uso, no depositados de forma ceremonial, lo que los hace especialmente relevantes para la arqueología.

El descubrimiento de los esquís se inscribe dentro del auge de la arqueología glaciar, una disciplina que cobró impulso ante el deshielo acelerado causado por el cambio climático. En regiones como Oppland, donde la proximidad entre los valles y las montañas glaciales es reducida, el retroceso del hielo permitió recuperar más de 2.000 objetos, convirtiendo la zona en un enclave esencial para este tipo de investigaciones.

Sin embargo, el ritmo actual del deshielo plantea una amenaza. La exposición repentina de estos materiales al oxígeno y a microorganismos acelera su deterioro. De acuerdo con la UNESCO, aunque el número de hallazgos se incrementó, muchos objetos se degradan antes de poder ser rescatados.

Esta situación motivó la creación de programas permanentes de monitoreo y recuperación en zonas como Oppland, donde equipos multidisciplinarios recorren las áreas de deshielo durante el verano para preservar estos vestigios antes de su pérdida definitiva.

A medida que los glaciares continúan retrocediendo, la arqueología glaciar enfrenta el desafío de documentar y preservar un patrimonio frágil y en riesgo.

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