9 de abril de 2025
La restauración de una casa mítica en Bariloche y la conexión entre un célebre escalador estadounidense y un explorador argentino

El fundador de la marca Patagonia, Yvon Chouinard, inauguró en Bariloche su segundo local en Argentina. Eligió una casona centenaria que perteneció al ingeniero Emilio Frey, pionero en la exploración andina, que puso en valor y dedica en su interior un pequeño museo dedicado al topógrafo
A sus 86 años, con un pasado lleno de hazañas en deportes extremos, Chouinard continúa activo. Da charlas universitarias sobre su visión empresarial como fundador de una de las compañías más “cool” del planeta, según la revista Fortune. El reconocimiento no se debe solo a su responsabilidad sobre el medio ambiente de la firma, sino también a su estilo de liderazgo poco convencional. Su libro Que mi gente vaya a hacer surf se convirtió en una referencia. Hasta hace poco, solía surfear con sus empleados durante el horario laboral en la sede de California. Contrata personas independientes, que no necesiten recibir órdenes, y le dio prioridad a la contratación de mujeres, muchas de ellas fuera del mercado laboral por haberse dedicado a sus familias. “Ellas saben cómo gestionar un presupuesto”, explicó en una entrevista.
El empresario asegura cultivar una vida simple y desplazarse en una camioneta destartalada con una tabla de surf en el techo.
Este año inauguró en Bariloche su segundo espacio en la Argentina. Pero no eligió un local en el Centro Cívico, junto a las chocolaterías más transitadas. Evaluó otras variables y optó por una propiedad situada frente al Nahuel Huapi, en el kilómetro 1,5 de Bustillo, con “un fuerte componente emocional e histórico”: una casa centenaria que perteneció al ingeniero Emilio Frey (1872-1964), explorador, topógrafo de la Comisión de Límites que acompañó al Perito Moreno, también fue primer intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi y cofundador del Club Andino Bariloche.Cuando la propuesta llegó a los descendientes de Frey, la casa estaba deshabitada y llevaba años en venta. Ningún comprador anterior había mostrado interés por su valor histórico. La llegada de la marca Patagonia generó entusiasmo. Así lo cuenta Isabelle Bovey, bisnieta de Frey por línea materna (su abuela era hija de Emilio): “Cuando murió mi abuela en 2014, decidimos vender Los Cipreses (actual Casa Frey). Fue una decisión difícil, pero no podíamos mantenerla desde Suiza. Queríamos un comprador respetuoso, que no cubriera todo de cemento, que entendiera el valor del jardín de mi abuela y de su historia. En 2022, cuando volví con mi madre para recoger algunas cosas, ella me dio la responsabilidad moral sobre la casa. Poco después falleció”, relató Isabelle. “Con toda la familia Frey y Neumeyer en las nubes, yo les pedí ayuda. Y lo increíble es que ahí apareció Patagonia. Y lo más increíble es que al final compraron Los Cipreses. Para mí, pasó algo misterioso desde las nubes… Cuando Patagonia nos develó el proyecto de Los Cipreses, fue un alivio ver lo lindo que era. Correspondía totalmente a nuestro sueño. No iban a destruir nada, al contrario, iban a restaurar la casa vieja con materiales de primera calidad y la casa chica también. Y el jardín abandonado iba a florecer. Así que, como en los cuentos para niños, se puede decir que todo terminó bien” agregó Isabelle Bovey.A fines de marzo, Chouinard viajó a Bariloche para inaugurar personalmente la tienda, ahora llamada Casa Frey. Recordó que su primer contacto con la Patagonia fue en 1968, cuando su amigo Douglas Tompkins le habló del lugar: “Me dijo: ‘Es fantástico, tenés que conocerlo’. Dos semanas después, compramos una vieja van y viajamos desde California hasta El Chaltén. Surfeamos, esquiamos y finalmente escalamos el Fitz Roy. Fue ahí cuando sentí que esta región era el lugar más maravilloso del mundo”.Kris Tompkins, viuda de Douglas Tompkins y presidenta de Tompkins Conservation, también participó de la inauguración. “Yvon es un emprendedor lúcido. Como escalador, siempre supo evaluar los riesgos. Por eso está vivo. Mantenerse con vida siendo escalador, kayakista y aventurero es un arte”, describió a su gran amigo y agregó: “Solía irse por meses—cinco, seis, incluso un año—, pero siempre volvía. Y, ¿qué hacía mientras emprendía todos esos viajes increíbles? Pensaba en cómo mejorar los productos desde la experiencia”. Kris Tompkins enviudó hace casi una década. Su esposo, ecologista y fundador de North Face y Esprit, murió de hipotermia a los 72 años después de volcar su kayak en el sur de Chile.
Por medio de Isabelle Bovey, el célebre aventurero tomó contacto con un historiador especialista en la Patagonia y en la vida de Frey, quien le hizo de guía y le permitió profundizar en el tema que le había interesado tanto. Se trata de Juan Pablo Baliña quien contó que estuvo durante muchos años realizando una investigación en el Archivo Histórico de Cancillería, sobre el trabajo de campo de las comisiones de límites que marcaron la cordillera argentina y chilena entre 1893 y 1903. Recopiló manuscritos y fotografías. “En esa investigación, seguí las huellas de cada uno de los exploradores que eran miembros de la Comisión de Límites. Esa Comisión tuvo diferentes peritos. El más conocido fue el Perito Moreno, que a su vez, tenía muchísimos hombres que trabajaban y reportaban a él. Y uno de esos hombres era el ingeniero Emilio Frey”, detalló Baliña, apasionado por la historia de estos exploradores.“Frey había nacido en Baradero, era hijos de suizos. Había marchado a Suiza a estudiar y se había quedado en lo de su abuelo Rudolf. Allí estudió Ingeniería. Cuando volvió a la Argentina, Santiago Roth lo presentó al Perito Moreno, que trabajaba en el Museo de La Plata, que en ese entonces servía como dispositivo para asistir al Gobierno Nacional, que tenía que dirimir un diferendo con Chile. Necesitaba argumentos técnicos y exploradores en el terreno. Para eso contrató al Museo de La Plata, que funcionaba como un apéndice del Ministerio de Relaciones Exteriores. Y entre esos hombres estaba Emilio Frey”, relató el historiador. Perito Moreno destinó a Frey en la zona del lago Nahuel Huapi. “Fue pionero de la exploración temprana de lo que sería hoy Bariloche, la zona de Esquel y todos los lagos intermedios. Así que Emilio Frey fue el gran explorador”.La historia de la casa conocida como Los Cipreses, también llamada Casa Frey, se remonta a la década de 1910, cuando Emilio Frey y Rosa Schumacher adquirieron el lote 45 de la antigua granja de la familia Runge, ubicada en la ladera del cerro que más tarde llevaría el nombre de Frey. Una vez comprado el terreno, convocaron al arquitecto Primo Capraro —amigo personal de la pareja— para diseñar una vivienda tipo “chalet”, según la denominación común en Bariloche por aquellos años. Capraro, que había viajado por Suiza y Alemania, incorporó elementos inspirados en la arquitectura de esas regiones, teniendo en cuenta que los Frey eran de ascendencia suiza. La construcción finalizó en 1916. La casa fue edificada íntegramente en madera de ciprés, con tejas de alerce.
Isabelle Bovey, de 58 años, contó en una conversación telefónica con Infobae: “Fue difícil mantener la casa desde Suiza. Mi abuela vivía en la casa chica y una familia en la casa grande. No queríamos venderla a cualquiera. Vinieron muchos interesados que querían hacer hoteles o proyectos inmobiliarios. Con mi madre no queríamos eso”. “Estuve en Bariloche en marzo, pero me fui dos días antes de que llegara Chouinard. Me dio pena no conocerlo”, expresó la mujer. Fue en 2022 que vació la casa junto a su madre. “Donamos todo lo relacionado con Emilio al Museo Patagónico, porque no sabíamos quién la iba a comprar. Después puse en contacto al museo con Patagonia para que pudieran usar objetos en la casa como parte de una muestra. Hay fotos y pertenencias de Emilio”, precisó. “Mi madre lo quería mucho a Emilio. Me hablaba de él como una persona buena y amorosa, igual que su esposa. Yo lamento no haberlo conocido”, concluyó.