27 de marzo de 2025
Ayuno intermitente: ¿puede mejorar la salud más allá del peso?

Es una estrategia alimentaria que establece horarios específicos para la ingesta de alimentos, con el objetivo de que el cuerpo utilice la grasa almacenada como fuente de energía. Cuáles son los hallazgos de diversos estudios
- En cuanto a la duración de la adherencia al ayuno, la médica dijo: “El tratamiento siempre es un traje a medida. No hay un tiempo ideal universal. Dependerá de los objetivos y la tolerancia de cada persona: para comenzar, se podría probar durante 2 a 4 semanas, y observar si mejora la relación con la comida, el autocontrol y los marcadores metabólicos”.
Aclaró que el ayuno “no es mágico: si en la ‘ventana de alimentación’ se come en exceso o se eligen alimentos muy calóricos, los beneficios se pierden. No es para personas con trastornos de la conducta alimentaria, diabetes descompensada, bajo peso, embarazo o lactancia”.
Entre los formatos más comunes del ayuno intermitente figuran la alimentación restringida en el tiempo (conocida en inglés como TRE), el ayuno en días alternos (ADF) y la dieta 5:2.En 2022, Courtney Peterson y su equipo condujeron un “TRE también hace que las personas tengan menos hambre, por lo que tienden a comer menos y perder peso”, declaró Peterson, quien publicó su estudio en la revista JAMA Internal Medicine.
Otra revisión, encabezada por Krista Varady, examinó veintidós ensayos aleatorizados sobre ADF, 5:2 y TRE. Fue publicada en la revista En personas con obesidad, las variantes ADF y 5:2 produjeron una reducción de entre 4% y 8% del peso corporal en ocho a doce semanas, mientras que TRE generó una pérdida de entre 3% y 4% en el mismo periodo.La dieta 5:2 “estipula un límite de 500 calorías en dos días a la semana”. En ADF, se consumen “no más de unas 500 calorías” o directamente se prescinde de comida en días alternos. TRE, en cambio, “implica consumir todos los alimentos en una ventana de 4 a 12 horas por día, normalmente sin contar calorías”.Después de una comida, el cuerpo utiliza la glucosa como combustible, ya sea de forma inmediata o tras su almacenamiento como glucógeno en el hígado y músculos.Este proceso desencadena lo que los investigadores llaman “cambio metabólico”. Es decir, el desplazamiento entre distintas fuentes energéticas. Esto activa “respuestas adaptativas clave al estrés”, como mayor reparación del ADN y “descomposición y reciclaje de componentes celulares defectuosos”.
Algunos estudios humanos sugieren beneficios adicionales. Un ensayo de 2010 había demostrado que mujeres con sobrepeso que siguieron una dieta 5:2 durante seis meses lograron “reducciones más grandes en la insulina en ayunas y en la resistencia a la insulina” que quienes hicieron una dieta hipocalórica continua, pese a haber ingerido la misma cantidad semanal de calorías. La diferencia fue pequeña y dependió de los registros alimentarios de las participantes.
En otro experimento, Peterson y su equipo monitorearon los hábitos alimentarios de hombres prediabéticos. Los participantes comieron todo su alimento en seis horas antes de las 15 horas o en más de 12 horas, durante cinco semanas antes de intercambiar el régimen.Peterson afirmó: “Mostramos por primera vez que el ayuno intermitente tiene beneficios para la salud y efectos más allá de la pérdida de peso en humanos”. El estudio, sin embargo, fue pequeño: solo ocho hombres completaron el ensayo.
La interpretación de los datos sigue dividida. Varady opinó: “Con base en la evidencia humana actual, no creo que haya beneficios del ayuno intermitente más allá de la pérdida de peso”. Mattson, en cambio, sostuvo: “Existe evidencia considerable de beneficios que no pueden explicarse solo por la reducción calórica”.
Aunque varios trabajos en animales muestran efectos positivos en el sistema nervioso, la cognición y la longevidad, también hay alertas.En humanos, los médicos advierten que el ayuno puede provocar hipoglucemia en personas con diabetes, afectar la lactancia, interferir con el crecimiento infantil y aumentar los riesgos en quienes toman medicación para el corazón o la presión arterial.