10 de marzo de 2025
“Me decía que vayamos a su habitación”: denunciaron a un jefe policial de Santa Fe por presunto abuso contra su primo

Los hechos ocurrieron en la década de los 90, pero no fue hasta el año pasado que la víctima se animó a contar lo ocurrido. Su hermana y otro primo también habrían sido atacados por el acusado
Para ese entonces, el acusado tenía 17 años, pero habría continuado con los abusos ya siendo mayor de edad. “Cuando los padres de C. F. se ausentaban del domicilio por alguna ocasión, hacíamos juegos y C. F comenzó a poner prendas”, narró al poner como ejemplo que, cada vez que le hacía un gol, él tenía que cumplir con alguna de sus exigencias.
En medio de su declaración, David admitió que no se encontraba en condiciones de reconocer lo que ocurría dentro de esas cuatro paredes. “Me hacía creer que yo era malo si no cumplía, amenazaba con contarle a mi papá”, planteó al reiterar: “Yo en ese momento no sabía lo que significaba”.
Incluso, mencionó que las visitas a la casa de sus tíos mermaron en 1999, luego de que los padres del denunciado se separaran, aunque esto no evitó que los abusos se prolongaran. De hecho, uno de los recuerdos que le habría quedado marcado en la memoria sucedió a sus 12 años, luego de que sus profesores de fútbol tuvieran que llevarlo a la casa del acusado porque sus padres no lo habían retirado.Según reconstruyó la víctima, 15 minutos más tarde llegaron sus padres a la casa, cuando el ataque ya se habría consumado. “Cuando ellos llegaron, yo estaba llorando en el baño. Mi primo les dijo que yo lloraba desde que había llegado porque no me habían ido a buscar”, narró.
Todas estas situaciones habrían atormentado a David hasta que pudo contar lo ocurrido a su madre y su hermana. Fue un día antes de que denunciara penalmente a su familiar que también se enteró de que su hermana mayor habría sido sometida al mismo calvario por el acusado. Poco después, su primo menor replicaría los supuestos abusos. Hoy, ambos se presentaron como testigos en la causa.“Las causas de abuso no deberían prescribir jamás, porque uno lo va a tener hasta el último día de su vida en la espalda”, planteó el denunciante. Además, entre sus deseos, David enumeró “sacarse 25 años de la espalda, dormir en paz y que C. F. vaya preso”.