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7 de marzo de 2025

“No autorizo”: campaña de cartas a las escuelas contra los contenidos abusivos en la Educación Sexual Integral

Los “Padres Unidos contra la ideología de género en la escuela” están comunicando a las autoridades escolares su negativa a que se transmita esa doctrina a sus hijos a través de la ESI. Hacen valer su derecho establecido en varias leyes y reclaman audiencias con los ministros de Educación de cada provincia

>Luego del escándalo causado en varias escuelas en los últimos meses del año pasado por A través de un chat y de las redes sociales se constituyó el grupo “Padres unidos contra la ideología de género en la escuela” (WhatsApp: +54 9 11 3677 1744 o La campaña “No autorizo” -que está en marcha desde que comenzaron las clases en los primeros distritos- consiste en el envío de una carta a las autoridades de la escuela o colegio por parte de padres o tutores, para comunicar que no autorizan el dictado de esos contenidos al niño o adolescente.

En varias provincias Padres Unidos ya se han reunido o están esperando reunirse con los Ministros de Educación, con legisladores e incluso con el respectivo gobernador. “El derecho de los padres a educar a sus hijos según sus valores está traccionando desde la sociedad para que esto llegue a oídos de quienes toman las decisiones en cada sector involucrado a Educación”, dice el mensaje de Padres Unidos.

Una tarea primordial es informar a las familias sobre esta problemática porque los contenidos inadecuados de ESI se han ido infiltrando en los programas sin conocimiento de la sociedad. Muchas personas reaccionan con escepticismo cuando se les dice que la ESI promueve una sexualización temprana de los niños y difunde el transgenerismo en especial entre adolescentes mujeres a través de la romantización de la transición de género.

Hasta que comenzaron a difundirse algunos de los materiales enviados por las autoridades escolares de ciertos distritos, la reacción principal era de incredulidad. A partir de allí, fue de indignación. De hecho, fue la revelación de estos contenidos lo que motivó la organización de las familias.

“...teniendo presente la trascendencia e importancia de que mi hijo/tutelado reciba una educación sexual acorde a nuestras convicciones, y en el ejercicio de mis derechos y deberes emergentes de la responsabilidad parental, [me dirijo a usted] a fin de comunicarle que NO AUTORIZO a mi hijo/a a presenciar clases y/o exposiciones, ni a recibir material alguno sobre educación sexual con base en los principios de la ideología de género y diversidad sexual, como ser la elección de género con independencia del sexo biológico de nacimiento, la experiencia sexual temprana, la masturbación, la exposición a pornografía, la incitación a experimentar diversas orientaciones sexuales, ni ninguna otra enseñanza carente de sustento biológico científico”, dice la carta modelo que en estos momentos está llegando a las escuelas y lo seguirá haciendo en los próximos días y semanas.

La advertencia tiene razón de ser porque uno de los principales argumentos de los promotores de la ideología de género en la escuela es que lo que hacen está respaldado por la ley, lo cual es falso. En primer lugar porque la ley de ESI no habla de perspectiva de género ni incluye ese concepto, y además porque todas las leyes y convenciones referidas a la infancia -derechos, educación, ESI, etc- dejan constancia del rol de la familia como primer agente de educación y de su derecho a ser informada y participar de los procesos.

Esos derechos fueron explícitamente negados por ejemplo por Alberto Sileoni, director de Educación bonaerense, quien dijo que “el hashtag ConMisHijosNoTeMetas es falso, porque desconoce la legalidad”. Se escudó en el Código Civil y en las Convenciones internacionales que la Argentina ha suscripto y que hablan del “interés superior del niño”. Pero esas mismas convenciones y la Ley Federal de Educación, entre otras, consagran el derecho de los padres a opinar sobre la educación de sus hijos.

En consecuencia, advierten que “no puede ni el Ministerio de Educación ni la propia Institución imponer contenidos referidos a Identidad de género, Ideología de género, y/o perspectiva de género, sin avasallar los derechos reconocidos a las familias respecto a la educación sexual que quieren que sus hijos reciban”. “Estas razones nos hacen llegar a la conclusión que, al menos en lo que a Género se refiere, cualquier curso/capacitación/charla y/o educación transversal –en cualquier materia- es inaplicable en todos ámbitos educativos”, aseguran.

La carta incluye el pedido de ser notificados “acerca de los contenidos que impartirán” en ESI “con la suficiente antelación”. En muchos casos, las escuelas se han negado a informar esto con el argumento de que no se usan materiales impresos sino audiovisuales. Eso les da libertad para incluir cualquier contenido sin que quede constancia escrita.

Esto apunta al hecho de que con frecuencia las escuelas invitan a grupos lgbtiq+ a dar charlas El texto se cierra con una nueva advertencia: “En caso de no ser atendida mi petición, me reservo el derecho de iniciar las acciones legales correspondientes para que se cumpla en su totalidad todo lo solicitado, y se lleve a la justicia a los infractores (administrativa, civil y penalmente)”.

En paralelo con los padres, se están organizando los docentes, en respaldo a las familias pero también en defensa de sus propios derechos. Es un avasallamiento a su formación el obligar a los maestros y profesores de todas las materias a dictar ESI, algo para la cual no se han formado ni es parte de su vocación. En segundo lugar, al igual que los padres, muchos de ellos se sienten interpelados por los contenidos abusivos e inapropiados que se pretende que dicten.

En la provincia de Buenos Aires, Como un ejemplo lo aclara todo, veamos lo que dice un material didáctico titulado “Pido gancho”, que se distribuye este año con propuestas de actividades “tendientes a derribar modelos hegemónicos”. Eso es, cuestionar la heterosexualidad. Uno de los subtítulos es “Género y nuevas masculinidades en la clase de educación física” (recordemos que la ESI es transversal; debe ser dictada en todas las disciplinas).

“Las identidades disidentes -dice el texto que acompaña las ilustraciones- son aquellas formas de autopercepción que están por fuera de la idea tradicional de la binariedad y la heterosexualidad. Por ejemplo, las personas homosexuales, travestis o transgénero”.

Otro título propuesto, “Identidades. niñez, adolescencia e identidad de género”, es un libro-juego que permite ir “levantando y combinando piezas de las maneras más diversas”. De este modo “se trabaja la libertad de autopercibirse, proporcionando imágenes de cuerpos diversos”.

Esto permite ponerle genitales masculinos a una niña o, viceversa: femeninos a un varón. Los promotores de la ESI afirman que esto es conocimiento científicamente validado… A la vez, contra toda evidencia, niegan que la ESI promueva el transgenerismo.

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