19 de febrero de 2025
Arquitectura resiliente: el desafío de diseñar viviendas ante desastres climáticos

Incendios forestales cada vez más intensos están impulsando un cambio en el diseño de viviendas para minimizar daños, informa Time
- Pese a que en 2020 se aprobó una ley en California para hacer obligatorio el espacio defendible en zonas de alto riesgo, nunca se implementó debido a la falta de regulación. “Esto podría haber ayudado enormemente a la comunidad”, señala Chasen.El desafío no es solo construir viviendas individuales resistentes, sino diseñar comunidades enteras con esta filosofía.
Los incendios no son la única amenaza que enfrentan las ciudades. En otras partes del mundo, los arquitectos buscan soluciones para terremotos, tsunamis e inundaciones.
El arquitecto japonés Taku Hibino enfrenta un dilema: las casas pesadas son mejores para terremotos, pero las ligeras resisten mejor las inundaciones.Un ejemplo es el jardín infantil que reconstruyó en Fukushima tras el terremoto y tsunami de 2011. Como los niños no podían jugar afuera por la radiación, Hibino diseñó un espacio con un corredor de 50 metros, una piscina y un área de juegos techada, asegurando que los niños pudieran seguir desarrollándose sin salir del edificio.
En Bangladesh, donde el 60% de la población está en riesgo de inundaciones, la arquitectura tradicional se está adaptando a la crisis climática.En zonas sísmicas como Oregón, el ingeniero Jay Raskin ha promovido el uso de aislamiento de base, una técnica que coloca los edificios sobre plataformas flexibles capaces de reducir el impacto de un terremoto en un 75%.
Este sistema ha sido aplicado en la Tesorería del Estado de Oregón, que además está diseñada para resistir incendios, inundaciones y disturbios civiles.La resiliencia arquitectónica no solo depende del diseño, sino también de los materiales. Aunque el hormigón es resistente al fuego, su producción genera el 8% de las emisiones globales de CO₂. Por ello, los investigadores están explorando alternativas más sostenibles:- Estos materiales podrían reducir en un 50% los costos de construcción de viviendas resistentes, pero enfrentan obstáculos regulatorios que impiden su implementación a gran escala.El cambio climático exige repensar cómo y dónde construimos. La resiliencia no es solo una cuestión de innovación tecnológica, sino también de planificación comunitaria y voluntad política.
Pero sin regulaciones efectivas y una estrategia de urbanismo integral, los esfuerzos individuales no serán suficientes para enfrentar los desastres del futuro.