18 de febrero de 2025
Detuvieron al influencer Yao Cabrera: la Justicia lo condenó por reducción a la servidumbre

La ex estrella de Youtube fue arrestado en Córdoba por la PFA luego de la sentencia dictada en abril de 2024. Qué dice la acusación en su contra
El fallo en primera instancia detalló el maltrato al que Cabrera sometió a su víctima, con “jornadas de labor extensas (más de doce horas y a veces un día entero sin descanso); se amenazaba con la imposición de descuentos (multas) -efectivizadas en una ocasión- o la expulsión si no se cumplían las condiciones (grabar vídeos con ciertas personas, replicar material en redes sociales y normas de convivencia); se proporcionaba la comida en mal estado y cantidades insuficientes; solo podía ausentarse de la vivienda los domingos siempre y cuando hubiese concluido con sus labores; y nunca se le pagó el dinero prometido.
A mediados de 2023, se encomendó a los profesionales del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, que brinden acompañamiento y asistencia a la víctima. Cabrera había sido procesado sin prisión preventiva un año antes, con un embargo de tres millones de pesos y una estricta prohibición de contactar a la damnificada o acercarse a ella.
La damnificada aseguró que Cabrera y “otras personas de su equipo la contactaron para ofrecerle trabajo como diseñadora gráfica, a cambio de un sueldo y vivienda dentro de lo que denominaban la “Mansión WIFI””, en el country San Marco de Escobar, donde Cabrera producía su contenido, asevera un documento del TOF N°3 al que accedió Infobae.Un problema familiar la llevó a quedarse sin casa definitivamente. Contactó a Cabrera, que la invitó a la “Mansión WIFI” en Escobar donde le daría techo y comida a cambio de editar videos.
Durante la primera noche la hicieron dormir en el suelo hasta el día siguiente, “cuando un integrante del grupo le tendió una cama”. La víctima describió “el ambiente imperante en ese domicilio como repulsivo”, con horarios enloquecedores: debía despertarse alrededor de las 9 de la mañana y no podía descansar hasta la 1 o 2 de la mañana siguiente. Solo la dejaban salir los días domingo.“Muerta de hambre”, le decían. Luego, la obligaban a limpiar inodoros tapados, bajo amenazas de echarla a la calle. Peor aún, Cabrera le decía que debía comportarse como “su esclava”. Cabrera le había prometido pagarle diez mil pesos. Luego, nada. Debía conformarse con la casa y la comida podrida.