17 de febrero de 2025
Más calor y menos agua no frenan a los mosquitos: su capacidad de adaptación sorprende a los científicos

Dos nuevos estudios en los Estados Unidos revelan que los mosquitos pueden adaptarse para resistir temperaturas extremas y sequía. Por qué estos hallazgos podrían cambiar las estrategias de control de dengue, malaria y zika
El estudio dirigido por Lisa Couper, investigadora de la Universidad de California, Berkeley, y publicado en PNAS, analizó la capacidad de Aedes sierrensis para adaptarse a temperaturas más altas.
En la tercera generación, los investigadores sometieron a los mosquitos a temperaturas de 30 grados y compararon su tolerancia térmica con la de los mosquitos criados en condiciones normales de 22 grados.
Los resultados mostraron que los mosquitos expuestos a calor extremo desde la etapa larval tuvieron una menor tolerancia al calor en su fase adulta, lo que en un principio resultó inesperado.Sin embargo, el análisis genético reveló la presencia de más de 500.000 mutaciones asociadas a la tolerancia térmica, lo que indica un potencial evolutivo significativo.Lisa Couper, la primera autora del estudio, afirmó que los resultados señalan que se debe considerar más la evolución de los mosquitos en los modelos de predicción sobre la propagación de enfermedades.
El estudio publicado en iScience fue liderado por Christopher Holmes de la Universidad de Cincinnati, analizó el efecto de la sequía en Aedes aegypti y Anopheles stephensi.
Investigaron si la falta de agua influía en la frecuencia de alimentación sanguínea de los mosquitos y, por lo tanto, en su capacidad para transmitir enfermedades.Observaron que los mosquitos incrementaban la frecuencia con que se alimentaban de sangre dentro de un mismo ciclo.
El estudio concluyó que la sequía no solo no reduce la cantidad de mosquitos, sino que podría favorecer la transmisión de enfermedades, ya que los insectos buscarán más oportunidades para alimentarse y pueden picar a las personas.
Los hallazgos de ambos estudios tienen implicaciones directas para la salud pública. La capacidad de los mosquitos para evolucionar frente al calor extremo y modificar su comportamiento en respuesta a la sequía sugiere que las estrategias actuales de control podrían necesitar ajustes en el futuro.
Además, los modelos de predicción epidemiológica deberían considerar la evolución biológica de los mosquitos, en lugar de asumir que el cambio climático reducirá su presencia.
La doctora Couper advirtió que estos resultados enfatizan la importancia de mantener los esfuerzos de prevención, ya que los mosquitos no solo persistirán en el calentamiento global, sino que podrían adaptarse a condiciones extremas.“Se espera que el calentamiento climático modifique la distribución geográfica de distintas especies de mosquitos, de forma tal que los límites de su distribución se extenderían hacia zonas más frías”, dijo a Infobae el biólogo Andrés Visintin, quien es profesor en la cátedra de entomología de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba e investigador del Conicet en Argentina.
Por otro lado, a través del estudio publicado iScience, se observó que en condiciones de sequía los mosquitos sufren un incremento en la pérdida de agua y de nutrientes.
Durante la época cálida y seca, la supervivencia de mosquitos Aedes aegypti puede aumentar al incrementarse el número de veces que se alimentan y, por lo tanto, pueden ingerir una mayor cantidad de sangre.