13 de febrero de 2025
Ucrania resiste: el impacto de la ocupación rusa y el dilema de un posible alto el fuego

Pese a la devastación y los llamados a una tregua, muchos ucranianos rechazan la idea de ceder territorio, argumentando que la ocupación rusa es una amenaza constante para su soberanía
La situación varía entre las regiones ocupadas. En el este del Donbás, bajo dominio ruso desde 2014, la infraestructura ha sido abandonada y la población ha sido utilizada como carne de cañón en la guerra. En las zonas tomadas en 2022, como Kherson y Zaporizhzhia, Moscú ha aplicado un control más estructurado, imponiendo el uso del rublo, introduciendo administradores rusos y promoviendo la migración de ciudadanos rusos para alterar la composición demográfica. En ciudades cercanas al frente de batalla, la estrategia ha sido de destrucción total. Localidades como Bakhmut y Avdiivka, escenario de combates prolongados, han sido devastadas y convertidas en ciudades fantasma.
Rusia ha aplicado un régimen de terror en las zonas ocupadas. En los primeros meses de la invasión, las tropas rusas impidieron a los civiles evacuar las ciudades, disparando contra quienes intentaban huir, según recordó un artículo de Foreign Affairs. Posteriormente, implementaron procesos de “filtración”, similares a los utilizados en la guerra de Chechenia, en los que los residentes eran obligados a registrarse ante las autoridades ocupantes. Este sistema ha servido para identificar y encarcelar a personas sospechosas de lealtad a Kiev, especialmente hombres en edad militar.Uno de los casos más extremos es Mariupol, que antes de la invasión tenía una población de 540.000 habitantes. La ciudad fue destruida casi en su totalidad tras un asedio de tres meses en 2022. Según estimaciones de Human Rights Watch, más de 10.000 civiles murieron en el ataque y solo 90.000 lograron permanecer en la ciudad. A pesar de ello, el Kremlin ha promocionado Mariupol como un ejemplo de su reconstrucción, atrayendo a colonos rusos y vendiendo apartamentos en edificios destruidos por la guerra.
Las declaraciones del presidente Donald Trump en favor de un alto el fuego han generado especulaciones sobre una posible negociación para congelar el conflicto. Sin embargo, el Kremlin no ha mostrado señales de estar dispuesto a entablar conversaciones. A su vez, el gobierno ucraniano sostiene que, con armas más avanzadas, podría recuperar más territorio y reducir la amenaza rusa a largo plazo.El gobierno ucraniano ha señalado que solo consideraría una tregua si se garantizan medidas como la adhesión a la OTAN, el ingreso a la Unión Europea, el suministro continuo de armas avanzadas y financiamiento para la reconstrucción del país. Sin estos compromisos, sostiene que cualquier cese de hostilidades solo serviría para que Rusia se reorganice y prepare una nueva ofensiva en el futuro.
Mientras Ucrania y sus aliados debaten las opciones para el futuro del conflicto, la realidad en el terreno sigue marcada por la resistencia de un país decidido a defender su soberanía a pesar del costo de la guerra.