7 de febrero de 2025
Aumentaron las probabilidades de impacto del asteroide ’2024 YR4′ contra la Tierra en 2032

Los astrónomos han elevado al 2,3% la probabilidad. Con un tamaño estimado de hasta 100 metros de diámetro, el objeto encabeza las listas de riesgo y ha sido clasificado con un nivel 3 en la Escala de Turín
Actualmente, el asteroide se aleja de la Tierra y se espera que para abril de 2025 los telescopios más potentes ya no puedan rastrearlo. No obstante, tendrá otro acercamiento importante en diciembre de 2028, cuando pasará a 8 millones de kilómetros del planeta. Los astrónomos aprovecharán esa oportunidad para realizar observaciones detalladas y refinar las proyecciones sobre su trayectoria futura.
Si el asteroide resultara ser metálico, atravesaría la atmósfera sin fragmentarse y generaría un cráter de impacto de más de un kilómetro de diámetro, comparable al Meteor Crater en Arizona, que fue formado por un objeto de aproximadamente 50 metros de diámetro. Aunque el impacto de un asteroide de estas dimensiones no representaría una amenaza global, sí podría causar devastación significativa en la zona del impacto.
A pesar de la incertidumbre sobre la trayectoria definitiva del 2024 YR4, la comunidad científica subraya que existen herramientas tecnológicas para mitigar una posible colisión. En 2022, la NASA llevó a cabo con éxito la misión DART (Double Asteroid Redirection Test), en la que una nave espacial impactó deliberadamente contra un asteroide del tamaño de un estadio de fútbol, logrando desviar su trayectoria.Además de la NASA y la ESA, varias agencias espaciales en el mundo monitorean continuamente los objetos cercanos a la Tierra para identificar posibles amenazas con suficiente antelación. Actualmente, existen miles de asteroides en seguimiento, y aunque la mayoría no representa un peligro inminente, eventos como el de Cheliábinsk en 2013, cuando un asteroide de 18 metros explotó en la atmósfera sobre Rusia, causando daños en edificios y dejando a más de 1.500 personas heridas, recuerdan que estos eventos pueden ocurrir sin previo aviso.
En los próximos meses, los astrónomos seguirán monitoreando al 2024 YR4 y ajustando sus cálculos. La clave estará en las observaciones que se realicen en su paso cercano de 2028, cuando se podrá determinar con precisión su ubicación en 2032 y evaluar si representará un verdadero riesgo para la Tierra.