Jueves 13 de Febrero de 2025

Hoy es Jueves 13 de Febrero de 2025 y son las 20:32 -

4 de febrero de 2025

Muerte de bebés en Córdoba: uno por uno, qué pasó cada recién nacido y cuál habría sido el rol de la enfermera

En el juicio se están debatiendo las pericias y estudios que se practicaron sobre las víctimas. Las conclusiones científicas se complementan con lo que ocurrió puertas adentro del hospital. Qué dice el perfil psicológico y psiquiátrico de Brenda Agüero

>Entre los 13 bebés que fallecieron o se descompensaron en el Para comprender qué pasó, en medio de la complejidad de cada caso del que deberá expedirse un jurado popular y los jueces, y la correlación entre ellos; es necesario analizarlos individualmente.

Para esto, Infobae elaboró una ficha sobre cada bebé, con los factores más relevantes: antecedentes prenatales, condiciones del embarazo y del parto, puntaje Apgar (NdeR: determina qué tan bien toleró el proceso de nacimiento), hallazgo de pinchazos, potasio o insulina, características de la descompensación y, por último, dónde estuvo y qué habría hecho la enfermera de obstetricia Agüero, la principal acusada.

V.U.M. nació el 18 de marzo de 2022 a las 09:01. A pesar de haber tenido un embarazo poco controlado -su mamá se mudó de provincia varias veces-, el alumbramiento fue en óptimas condiciones. Así se mantuvo la beba durante más de dos horas, hasta que presentó los primeros síntomas.

La enfermera Brenda Agüero estuvo en contacto con V.U.M. en la sala de recuperación. Para la fiscalía, “no pudo dar una inoculación profunda y completa de la sustancia letal”, y por eso llegó poca cantidad de potasio al organismo de la recién nacida.

Fue la acusada, según se desprende de múltiples testimonios, quien se presentó ante las médicas neonatólogas para avisar que “no veía bien” a la bebé. Este último es un dato, que se repetirá varias veces, servirá para entender la presunta motivación homicida que le endilga la fiscalía a la enfermera.

Francisco Calderón Cáceres nació el mismo día que V.U.M., pero a las 11:46. El parto fue un éxito y el bebé presentó condiciones óptimas. Once horas más tarde falleció, sin razón aparente.

Francisco esperó en la sala de incubadoras a que su mamá recuperara la movilidad de las piernas luego de la cesárea. Allí estuvo vigilado por dos enfermeras, una de las cuales, casualmente, era su tía. La mujer salió sólo salió para chequear cómo la madre del bebé. Más tarde su compañera hizo lo mismo para trasladar a otra recién nacida que descansaba en la habitación. Entonces se produjo un lapso de entre 10 y 15 minutos en los que Calderón Cáceres estuvo solo.

Aunque se sugirió, a Francisco no le practicaron una autopsia. Así, no se pudieron tener mayores precisiones sobre sus fallas orgánicas ni tampoco hubo una revisión exhaustiva de su piel que pudiera dar con pinchazos, de los que hasta el momento no se tenían sospechas.

Benjamín Luna también nació a término, sano, sin complicaciones durante el parto. Se prendió al pecho de su mamá rápidamente y no había nada que llamara la atención de los médicos.

La defensa de Brenda Agüero argumentó que la rotura prematura de la bolsa podría haberle causado una infección al recién nacido, y de allí surgió su descompensación.

Este escenario quedó descartado por la pericia: “Los valores del hemograma, el informe de la placa radiográfica, hemocultivo negativo, todo en conjunto hace muy poco probable que la muerte sea a consecuencia de sepsis bacteriana neonatal precoz. Entendemos que no hay relación entre la rotura de bolsa y la descompensación del bebé”, concluyeron los especialistas.

Un día después de la muerte de Benjamín, al igual que todos los casos relevados hasta ahora -y más que le siguen-, la descompensación de F.A.B. ocurrió alrededor de las dos horas de vida. Es otro dato que, para la acusación, es imposible que se trate de una coincidencia.

F.A.B. sufrió una hiperpotasemia mayor que la del caso 2. “La única causa que podría ser compatible con el electrocardiograma y la evolución que presentó la paciente es la hiperpotasemia, para la que no encontramos una explicación endógena (por el propio cuerpo). La administración exógena es la causa más probable”, concluyó la pericia interdisciplinaria. Es decir, alguien le administró potasio.

Con F.A.B., la enfermera Brenda Agüero fue una vez más quien predijo antes que nadie su descompensación. “Le miró las manos y las uñas estaban muy moradas. La alzó y salió corriendo, sin decirme nada”, describió la mamá durante el juicio.

La bebé L.C.H. nació el mismo día que F.A.B. Es un caso paradigmático porque tuvo síntomas poco después de su nacimiento, pero su descompensación terminó de desatarse recién al día siguiente, el 25 de abril.

El pinchazo, que derivó en un hematoma con infección, estaba en el muslo izquierdo de la bebé. Ahí es donde los médicos colocan la vitamina K, un complemento que ayuda a que la sangre coagule normalmente y se aplica a todos los recién nacidos.

Con el rigor científico al que debe atarse la pericia interdisciplinaria, los especialistas explicaron que L.C.H. sufrió “una infección de tejidos blandos” donde tenía el pinchazo, y que esto pudo producir “lisis celular liberando potasio, y elevando los valores del mismo, sin poder precisar los límites de esta posible elevación”.

Para la fiscalía, la enfermera “optó claramente por aplicarlo en un lugar donde se confunda con la inoculación de la vitamina K”.

Los pinchazos que sufrió I.V.F., en cambio, no encontraban respaldo alguno en la explicación de la vitamina K. En el lugar donde encontraron las dos heridas no se aplica ninguna vacuna.

Aunque le midieron los niveles de potasio cinco horas después de su descompensación, la hiperpotasemia se dejó ver en los estudios recién al día siguiente. “Las inoculaciones son erráticas, y por eso la absorción que hace el organismo es variable según cada caso”, graficó una fuente con detallado conocimiento de la causa. Esto explicaría que algunos síntomas, descompensaciones y muertes ocurran con frecuencias distintas.

Su madre, Gabriela González, incriminó directamente la enfermera acusada. Describió en su testimonial que en un momento, Agüero tenía en brazos a la bebé y le dio la espalda. Su hija empezó a llorar y gritar “como cuando te pellizcan”, según contó.

De comprobarse la inyección intencional de alguna sustancia, el de G.H. podría ser el caso en el que más claro se ve cómo una absorción errática puede llegar a manifestarse tardíamente.

Sobre las heridas, la pericia concluyó: “Las lesiones descriptas en muslo derecho no están vinculadas a ningún procedimiento médico, ni a ninguna cuestión de carácter accidental”.

J.E.L. es el primer caso de la cronología con hiperinsulinemia comprobada. Esto es un exceso de insulina en el organismo, que provoca un descenso de la glucosa (hipoglucemia).

Para los especialistas, esto sugiere -una vez más- la presencia de una mano asesina: “No hay ninguna explicación médica razonable fuera de la inoculación exógena de insulina que sea compatible con la evolución clínica y resultados de laboratorio”.

Esa última aclaración, según declararon varios médicos y enfermeros en la causa, es absolutamente infrecuente en cualquier historia clínica, ya que no posee ningún valor médico.

Tras su descompensación, a Ibrahim Guardia le hicieron una prueba de glucemia. Arrojó “indetectable” como resultado. Hay dos razones por las que esto puede pasar: que el aparato que hace el test esté roto, o que el valor de glucosa sean tan bajo que ni siquiera se puede medir.

Según consta en el expediente, el asesinato con insulina es complemente atípico: solo se encontraron 66 casos en todo el mundo hasta 2024. Otro dato que demuestra la complejidad del juicio.

Con Angeline Rojas volvieron los pinchazos y la hiperpotasemia. Fue la primera víctima en ser sometida a una autopsia.

Al igual que el resto, Angeline nació en excelentes condiciones. Sus primeros minutos de vida fueron óptimos, y los médicos constataron que era una niña sana, con una adaptación perfecta.

Para este punto quedó constatada otra rareza: según los especialistas consultados en la causa, es altamente inusual que la descompensación de un recién nacido sano ocurra en las dos horas que pasa junto a su madre en la sala de recuperación.

Melody Luz Molina nació algunas horas antes que Angeline, en la madrugada del 6 de junio. Para la fiscalía, es otro caso de “aplicación y absorción errática” del potasio, escenario que explicaría su descompensación tardía. Que el pinchazo haya sido en la espalda también respalda esa hipótesis.

Esta niña, que murió al día siguiente, fue la segunda de los cuatro bebés sanos que se descompensaron inexplicablemente en menos de 24 horas dentro del Hospital Neonatal de Córdoba.

Según la pericia médica, la enfermedad de transmisión sexual que padeció la madre de M.E.T. no incidió en su descompensación: “Al momento del parto no presentaba signos debido a que la madre había sido tratada eficientemente. Entendemos que no hubo relación entre la descompensación del bebé y la enfermedad de la madre”, precisó el documento.

La mamá de esta bebé contó que, en un momento dado, aprovechó que su bebé descansaba para dormirse en la sala de recuperación, sector al que la enfermera Brenda Aguero ingresó a las 6:10, al comenzar su jornada laboral. Los tiempos coinciden, pero la mujer no vio nada que incrimine directamente a la acusada, según la causa.

La cronología se concluye con D.P.M., la bebé que nació el fatídico 6 de junio a las 13:09. Con ella vuelven a repetirse varios patrones: dos pinchazos en la espalda, el exceso de potasio, y la ubicación de la enfermera. Al igual que el caso 11 -con punciones en la misma región-, los síntomas aparecieron varias horas después.

Para las 20, D.P.M. empezó a rechazar el pecho y bajó su temperatura corporal. La mamá se preocupó, mientras el hospital era un caos: nadie entendía por qué tantos bebés pasaban de estar sanos a quedar al borde de la muerte en un abrir y cerrar de ojos.

De nuevo, las pericias no encontraron ninguna explicación médica para el cuadro que sufrió. El caso solo puede entenderse como resultado de una inyección intencional de potasio en la espalda, un lugar totalmente aleatorio, donde no se coloca ninguna vacuna ni tampoco se extrae sangre.

A la principal acusada por los presuntos homicidios e intentos de asesinato le practicaron una pericia interdisciplinaria, social, psicólogica y psiquiátrica, cuyos resultados pudo verificar Infobae. Horas antes del juicio le hicieron otra, a modo complementario, de la cual no trascendieron sus conclusiones.

La pericia también estableció: “Actúa con discurso compensatorio y totalmente disociado de lo emocional, en donde se da la coexistencia de dos actitudes psíquicas respecto a la realidad exterior: una de ellas tiene en cuenta la realidad, y la otra la niega y la sustituye por una producción de deseos. Las características descriptas se asocian con mecanismos propias de una estructura psicopática”.

“Este afán de mostrarse como salvadora, la que alerta, la que es de excelencia, la que primero lo sabe, la que primero salva, es una conducta que ha quedado demostrada en los hechos y que ha sido un aspecto de su personalidad verificado en la pericia”, concluyó el Ministerio Público Fiscal.

COMPARTIR:

Comentarios

  • Desarrollado por
  • RadiosNet