1 de febrero de 2025
DeepSeek: el chatbot chino que amplifica la propaganda del Partido Comunista

La inteligencia artificial promete conocimiento accesible, pero en manos de regímenes autoritarios puede convertirse en un instrumento de censura
Uno de los casos más llamativos es su interpretación de un comentario del expresidente estadounidense Jimmy Carter sobre Taiwán. Según los investigadores citados por The New York Times, DeepSeek repitió una versión editada por funcionarios chinos en la que Carter parecía avalar la posición de Beijing de que la isla es parte de la República Popular China.
—Carter nunca dijo eso —precisó NewsGuard en su informe—. Es una manipulación deliberada.El chatbot también minimiza o ignora las denuncias sobre la represión de los uigures en la región de Xinjiang. Cuando se le preguntó sobre la campaña de internamiento masivo que la ONU calificó en 2022 como posible “crimen de lesa humanidad”, la IA respondió que las políticas de China en la región “han recibido amplio reconocimiento y elogios de la comunidad internacional”.La frase casi calcaba las declaraciones del embajador chino en la ONU, Zhang Jun, cuando el crimen fue denunciado.
A diferencia de otros chatbots como ChatGPT o Claude, que también han sido criticados por sus errores y sesgos, DeepSeek opera bajo un régimen de control mucho más estricto. En China, la censura es total en ciertos temas, y cualquier herramienta tecnológica debe alinearse con la narrativa del PCCh.Por eso, el chatbot se niega a responder sobre Xi Jinping o evita referencias a la masacre de Tiananmén de 1989, un evento que la propaganda oficial ha intentado borrar de la memoria colectiva china.—Es un espejo digital del discurso oficial chino —señaló a The New York Times Jack Stubbs, director de inteligencia de Graphika, una empresa especializada en el análisis de narrativas en línea—. China ha perfeccionado su capacidad de usar la tecnología como herramienta de influencia global.
Un informe de Graphika documentó recientemente una campaña de desinformación dirigida contra Uniqlo, la cadena japonesa de ropa, por negarse a usar algodón de Xinjiang debido a denuncias de trabajo forzado. Otra operación atacó a la organización de derechos humanos Safeguard Defenders, con falsos rumores y amenazas dirigidas a sus miembros.
—Hemos sido blanco de un ataque sostenido y multilingüe —afirmó a The New York Times Laura Harth, directora de campañas de Safeguard Defenders—. Buscan desacreditarnos, intimidarnos y sembrar dudas sobre nuestro trabajo.Mientras los chatbots occidentales aún luchan contra sus propios problemas de desinformación y sesgo, el caso de DeepSeek revela un futuro en el que la inteligencia artificial no solo responde preguntas, sino que moldea realidades enteras.