3 de diciembre de 2024
El graffiti en Nueva York, de las malas calles a los museos

El graffiti vive una revitalización con una muestra en el Museo de la Ciudad de Nueva York. Estos espacios antes considerados vandalismo son ahora centros de creatividad y autenticidad. El renacimiento de un potente símbolo de expresión urbana
Lo que empezó con un grupo de chicos escribiendo en esos espacios su alias –o los nombres de sus mascotas– combinado con el número de la calle donde vivían –que adornaban con comillas, estrellas, halos, corazones o lo que se les ocurriera–, trascendió y muchos se convirtieron en figuras respetadas del arte.
Esta es la historia que cuenta la muestra Above Ground: Art from the Martin Wong Graffitti Collection en el Museo de la Ciudad de Nueva York.
“El graffitti contemporáneo tal y como lo conocemos hoy realmente se origina en Nueva York y Filadelfia”, señala y explica que se trataba de “una cultura juvenil” a finales de los años 1960, principios de los 70, adolescentes de 14, 16 años, a veces de 12, dieron forma al movimiento que pronto comenzó a propagarse por toda la ciudad y que se convirtió en parte de la cultura popular.
Estos muchachos, de diverso estrato social, comenzaron escribiendo en sus barrios, en los autobuses, más tarde en las estaciones de tren, y luego en los trenes “y a medida que más y más lo hacían, tenían que diferenciarse y tuvieron que escribir su nombre para destacarse. Así fue como la competencia realmente promovió el estilo y luego comenzaron a hacer no solo una firma, sino que la hicieron más grande” agregando detalles, comenta. Conforme su arte viajaba por la ciudad, comenzaron a conocerse y a crear una comunidad.Así surge el graffiti “al estilo neoyorquino” y se exportó al mundo entero. Después galerías pequeñas y más atentas a lo que se cocinaba en las calles comenzaron a mostrar interés y a invitar a los grafiteros.En 1972, Hugo Martínez, estudiante de la Universidad pública de la Ciudad de Nueva York (CUNY) creó la United Graffitti Artists para organizar a los mejores autores de Manhattan, El Bronx y Brooklyn y ofrecerles la posibilidad de redirigir su obra a superficies legales.En marzo de 1980, los artistas Zephyr y Futura abrieron un estudio que permitió a varios de los mejores artistas del metro trabajar en lienzo durante dos meses, lo que muchos hacían por primera vez. Para esta década ya habían surgido nuevas galerías dedicadas a promover y vender este arte específico.Fue una década en la que además este graffiti llegó a Europa con una exposición de Lee Quiñones y Fab 5 Freddy en Roma (1979). Posteriormente, en la primera gira internacional del Hip Hop que llegó a Londres y París participaron varios grafiteros.Para el año 1989 prácticamente ya no había trenes con graffiti, lo que marcó el fin de una era.
Fotos y video: EFE/ Ángel Colmenares.