22 de noviembre de 2024
Daniel Noboa acusó a sectores opositores de intentar desestabilizar su gobierno tras nuevas protestas en Ecuador
Las movilizaciones, convocadas por el Frente Unitario de Trabajadores y la Unión Nacional de Educadores, se centraron en la crisis energética, despidos masivos, persecución sindical y el aumento de la inseguridad
Las movilizaciones fueron organizadas por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la Unión Nacional de Educadores (UNE) y el Frente Popular, y se centraron en reclamos relacionados con la crisis energética, los “despidos intempestivos”, la “persecución sindical” y el aumento de la inseguridad.
Noboa responsabilizó a lo que denominó la “vieja política” de intentar socavar su administración. Según afirmó, su gobierno está enfrentando los problemas heredados, incluyendo la corrupción.
En un contexto de déficit hídrico, incendios forestales y sequía, Noboa declaró el estado de emergencia por 60 días a principios de esta semana. Según el mandatario, la crisis energética ha sumido al país en un “caos” que su administración busca resolver a través de medidas urgentes. Sin embargo, las críticas hacia su gestión por parte de los manifestantes apuntan a una respuesta insuficiente frente a las necesidades del país.
El gobierno de Noboa enfrentó un nuevo revés este jueves cuando el Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales tres de las medidas incluidas en un estado de excepción decretado en octubre. Ese estado de excepción buscaba contener los altos índices de criminalidad y el conflicto armado interno que afecta a varias provincias.Cientos de personas participaron este jueves en Quito en una marcha contra el Gobierno del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, que acabó dispersada por un contingente de unos 2.000 policías, quienes les impidieron avanzar al centro histórico de la ciudad, lo que derivó en unos altercados con los manifestantes que buscaron romper el cerco.
La movilización había sido convocada por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor central sindical del país, y por varias federaciones de estudiantes para protestar contra la política económica de la administración de Noboa y las consecuencias de la crisis energética que ha obligado a apagones diarios de hasta catorce horas desde mediados de septiembre.Sin embargo, la marcha se topó a los pocos metros con un despliegue de 2.000 policías que con vallas cerraron todos los accesos a la zona histórica de la ciudad, como ya había anticipado en la víspera el Gobierno, que había advertido que les dejarían avanzar.
Algunos participantes en la marcha trataron de retirar algunas vallas pero no consiguieron romper el cerco de un nutrido contingente de policías antimotines dispuestos a no ceder el paso.