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22 de noviembre de 2024

Andrés Rodríguez justificó la tregua de la CGT: “No hay clima para que una medida de fuerza pueda desarrollarse con éxito”

El líder de UPCN explicó a Infobae por qué la mesa chica cegetista descartó otra protesta contra el Gobierno, reveló cuál es el principal problema para dialogar con la Casa Rosada y aseguró que Hugo Moyano no comparte la postura intransigente de su hijo Pablo

>Un dialoguista de pura cepa. Así podría definirse a Andrés Rodríguez, secretario adjunto de la CGT y líder de Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), un dirigente del sector mayoritario en la central obrera que, en una reunión de mesa chica, impuso su idea de no hacer nuevos paros y de apostar al diálogo con el Gobierno, en medio de las presiones internas para protestar contra Javier Milei.

“El sindicalismo no puede embanderarse en una lucha sin cuartel”, definió Rodríguez, para quien el endurecimiento de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el otro sindicato estatal de impronta ultraopositora, no trajo resultados positivos para los trabajadores: “Logramos mucho más nosotros con planteos sectoriales y luego negociación más que con un conflicto generalizado”.

El gremialista, además, criticó la postura autónoma de Pablo Moyano (”las manifestaciones unilaterales, cuando se hacen públicas, no favorecen a nadie del movimiento obrero”) y aseguró que su propuesta de un nuevo paro general no es compartida por su padre y líder de Camioneros, Hugo Moyano.

— La mesa chica de la CGT acaba de descartar la realización de una medida de fuerza como quería Pablo Moyano. ¿Por qué llegaron a esta decisión?

— Algunos dirigentes sindicales admiten que hay signos de reactivación económica. ¿Es así?

— En el mundo del trabajo, tanto en el sector privado como en el estatal, no se nota. Por lo menos, no llegó. Si hay alguna reactivación en alguna actividad muy particular, de poca mano de obra, podrá ser, no lo vamos a discutir, pero en el grueso de los trabajadores no ha llegado ninguna mejora.

— Al contrario. Todavía hay expulsión de mano de obra, aunque debo reconocer que en el Estado se ha parado bastante. No estamos en el primer semestre, que fue bastante más duro. Pero de cualquier manera hay casos como, por ejemplo, el sector de la construcción, con la clausura de las obras públicas del interior, que ha ocasionado indudablemente pérdida de fuentes de trabajo.

— Usted asegura que no es el momento para hacer una medida de fuerza, pero está describiendo una situación económica y laboral que no mejora. ¿No es contradictorio?

— Mientras UPCN tiene una actitud moderada ante las reformas del Estado, el otro sindicato estatal, ATE, impulsa una política muy activa contra el Gobierno con paros y movilizaciones.

— Y no mueve el amperímetro. Ninguna de esas medidas tuvieron resultados porque lo ideal hubiera sido, en todo caso, que se negociaran mejores salarios o la reincorporación de varios compañeros que fueron expulsados de algunos organismos públicos. Eso no se logró. Logramos mucho más nosotros con planteos sectoriales y luego negociación más que con un conflicto generalizado.

— Totalmente. En este momento, no.

— En la CGT renovaron la decisión de dialogar con el Gobierno y este jueves hubo una primera señal en ese sentido con una reunión tripartita por el sistema de riesgos laborales. ¿Habrá otras convocatorias oficiales para negociar otros temas?

— ¿Qué debería suceder ante esta instancia de diálogo tripartito que va a comenzar para que la CGT siga manteniendo una actitud de negociación?

— En la medida en que haya acuerdos en puntos concretos, en una negociación lo importante es que se efectivicen. Si terminan solamente en una foto no sirve para nada. Pero si hay un consenso en algunos temas concretos que involucran tanto a la representación de los trabajadores como a la representación empresaria, donde el Gobierno arbitra los mecanismos para que se ejecute también de común acuerdo, esos son resultados concretos. No sirve si todo termina en reuniones teóricas.

— No, no es un problema. La CGT, por suerte, más allá de los matices, tiene un criterio de defender la unidad de la institución y hasta ahora se está manteniendo como Dios manda. Pero a veces habría que conversar un poco más. Estas manifestaciones unilaterales, cuando se hacen públicas, no favorecen a nadie del movimiento obrero, ni a los que quieren hacer algo ni a los que no quieren hacer nada, ni los duros ni los blandos, como se los llama. Es una manera incorrecta de tratar cualquier pensamiento y acción de la CGT. Lo correcto es reunirse y debatir cualquier tema y tratar de acordarlo, tanto sea para un conflicto como para una negociación de común acuerdo.

— No es la primera vez que Pablo Moyano tiene diferencias con los dialoguistas de la CGT. ¿Por qué hasta ahora no pudieron llegar a un acuerdo con él?

— ¿Le consta que Hugo Moyano tiene una postura distinta a la de Pablo?

— ¿Hugo Moyano avaló el planteo de la CGT de no hacer medidas de fuerza por ahora?

— El proyecto de Democracia Sindical no avanzó en Diputados porque a la UCR y el PRO les faltó solo un voto para aprobar el dictamen, pero lo novedoso es que esta vez los representantes de La Libertad Avanza votaron a favor. ¿Por qué se produjo este giro del oficialismo?

— Su sindicato inaugurará un sanatorio en Zárate, con una superficie construida de casi 10.000 metros cuadrados y que generará 500 nuevos puestos de trabajo. ¿Para qué lo hicieron?

— ¿Qué representa esta obra en medio de la enorme crisis del sector de salud?

— ¿Cómo califica la política de salud del Gobierno? Porque las obras sociales siguen en crisis.

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