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15 de noviembre de 2024

Antonio Sola: “Partidos como el justicialismo y el radicalismo se están yendo al cementerio”

El estratega político español analizó los primeros meses de la presidencia de Javier Milei. Enmarcó su liderazgo en un fenómeno global de ruptura con el antiguo orden: “Estamos enterrando nuestra democracia y pasando a otra más digital, directa y participativa”. Qué opinó sobre Cristina Kirchner

>El estratega político Antonio Sola advirtió sobre una transformación profunda en las democracias actuales y advirtió que el sistema democrático vigente está en una etapa de cambio crítico. En una entrevista con Infobae, afirmó que el régimen que gobierna la mayoría de los países de Occidente está en un proceso de desaparición. “Estamos llevando a nuestra democracia al cementerio, estamos en proceso de enterrar esa democracia con esas normas de convivencia que hemos tenido hasta ahora”, expresó el experto. Según él, lo que está emergiendo es una nueva forma “más digital, más directa y participativa”.

Consultado sobre los partidos tradicionales como el Justicialismo y el Radicalismo, Sola fue categórico: “Sí, se están yendo al cementerio, sin lugar a dudas. No todos de golpe y a la vez, pero se están yendo”. Explicó que estos partidos están en un proceso de desintegración, avanzando “a mitad de camino, en el paso dos, en el paso tres de diez pasos”, y subrayó que carecen de contenido y relevancia para enfrentar nuevos liderazgos. “La oposición sigue siendo parte del problema”, afirmó, agregando que mientras los partidos tradicionales no evolucionen, serán aplastados por los nuevos liderazgos.

El analista político -que trabajó en campañas electorales en los cinco continentes- también fue directo al referirse a Cristina Kirchner: “Le diría que se vaya a su casa”. Sola consideró que la vicepresidenta simboliza un pasado que puede reaparecer, pero que no representa un proyecto de futuro. “Cristina quiere volver. Es el pasado. Nunca más va a ser el futuro”, subrayó. Sin embargo, advirtió que su retorno solo se daría si el liderazgo de Milei fracasa. “Puede volver a ganar, pero eso no es ser una opción de futuro”, concluyó, haciendo un paralelismo con la situación política en Estados Unidos y la derrota de Donald Trump en 2020.

- ¿Cómo está viendo la llegada de Javier Milei al Gobierno y su desempeño como presidente y líder político?

Llegan este tipo de candidaturas o liderazgos que rompen de manera más o menos profunda -ahí depende del liderazgo también- con todo lo anterior, que es con lo que el electorado manifestó su bronca, su molestia, su enojo y sus incertezas. Estamos ante una era post-pandémica, una era de dolor, de sufrimiento, de incertezas, de no tener claro nada y donde la gente realmente lo está pasando mal.

-¿Es un fenómeno común y global la irrupción de liderazgos de ruptura?

Bukele ha tenido que cambiar la Constitución para poderse reelegir. Eso no lo distingue en absolutamente nada de presidentes anteriores -de izquierda o de derecha- que trataron de hacer cambios a la Constitución: República Dominicana, Honduras, Colombia, países que han tratado los cambios constitucionales para poder permanecer en el poder, porque los tiempos se achican y se agotan muy rápido. Pero la polarización en extremo también termina agotando, porque el ruido aturde a los ciudadanos.

Es muy probable que la polarización no permita sostener este nivel de aprobación que hoy pareciera que tiene Milei. O no lo va a sostener si no abre otro tipo de ventanas. ¿Le va a dar para la elección del 2025? Claro que le va a dar. Es el intermedio de su gobierno. Va a controlar la inflación en términos económicos. El otro día me pasaban datos del uso de las tarjetas Visa en Argentina y el consumo está creciendo con tarjetas de crédito. Esto puede tener doble explicación: no tengo plata y tengo que usar la tarjeta, o tengo expectativas con la tarjeta de poderla pagar, por lo tanto, estoy gastando y no me estoy necesariamente endeudando. Los buenos resultados en economía le van a permitir aguantar a Milei. Para el 2027 falta mucho tiempo y luego ya veremos.

-Retomo las coincidencias de lo que ocurre en Argentina con lo que pasa en el mundo. ¿Qué singularidades diferencia a nuestro país?

-A ver…

Acabo de terminar unas elecciones presidenciales en Liberia, que ganó el candidato hace unos meses. Liberia, una de las diez economías más pobres del mundo, que tuvo una elección con síntomas muy parecidos: un desastre de presidente anterior y una ciudadanía muy dispuesta a romper los paradigmas que hasta ahora habíamos tenido. Son rupturas que incluyen a sistemas como el peronismo o el kirchnerismo; como el Priismo, en México; como el Partido de la U en Colombia; o como el Partido Nacional en Honduras; o como el FMLN y ARENA, los dos partidos de izquierda y derecha, con Bukele en El Salvador. O con Arévalo en Guatemala, en Semilla, o Chile con Boric.

-Cuando usted plantea que la democracia se está yendo al cementerio, ¿eso incluye al Justicialismo o al Radicalismo? ¿Esos partidos también se están yendo al cementerio?

Sí, se están yendo al cementerio, sin lugar a dudas. No todos de golpe y a la vez, pero se están yendo al cementerio. Están a mitad de camino. Están en el paso dos, en el paso tres de diez pasos, pero terminan enterrados al lado de los cipreses.

Mientras este tipo de oposiciones no evolucionen con características distintas, este tipo de liderazgos que llegan van a ponerle la bota en el cuello a este sistema, que evidentemente va a sufrir muchos entierros.

Voy a poner el caso de España de los últimos: Felipe González, el primer presidente post dictadura, gobernó 14 años; José María Aznar gobernó ocho años, porque dijo que no quería gobernar más; luego llegó Zapatero, con ocho años; Rajoy ya gobernó seis años y medio; y Pedro Sánchez está con muchas dificultades para terminar, en mitad del camino. ¿Dónde quedó Pablo Iglesias? Desaparecido. ¿Dónde quedó Albert Rivera? Desaparecido. ¿Dónde queda Yolanda Díaz, la vicepresidenta? Está por desaparecer.

- Y hablando de fenómenos generales. A Cristina Kirchner la acaban de condenar por corrupción. Es una situación similar a las que enfrentaron Lula, Bolsonaro, el propio Trump. ¿Hay una lógica global de presidentes que terminan condenados por la Justicia? ¿Por qué ocurre eso?

Claro que se juzgan a los expresidentes, pero con muchas dificultades. Apenas se juzga el 1%, el 2%, el 3% de todo lo que sucede en nuestros gobiernos, que han cometido muchos abusos. Y hoy, el abusado, que es el ciudadano, dice basta en algunos de nuestros países.

Creo que es una oportunidad para Milei que antes de que aparezcan casos de corrupción -que no sé si le van a aparecer- pero antes de que puedan aparecer, tomar acciones que pongan la primera piedra de lo que viene de un nuevo Estado, de una nueva democracia, de nuevas normas de juego, de un nuevo vocabulario y de nueva institucionalidad en la política.

Son presidentes y presidentas de transición que están en un canal que va a desembocar en muy poco tiempo -calculo que en unos diez o doce años- en nuevas generaciones, no de edad, sino de comprensión, que van a entender las nuevas formas de gobernabilidad en nuestros países. De hecho, en unos años vamos a votar no solo con el ejercicio del voto directo, sino que vamos a tener otros sistemas de voto, por afinidad, por mapas de calor, que ya se está investigando. En la Fundación estamos trabajando en nuevas alternativas al voto directo o el voto indirecto, que son los dos únicos que tenemos.Eso va a llegar, pero faltan unos años, por lo tanto, son presidentes de transición en un momento muy complejo en donde no están pudiendo gobernar solos.

- Es interesante la comparación de Bukele y Milei, porque en la narrativa libertaria se traza un paralelo entre los dos. ¿Son experiencias equiparables?

El juego en Argentina es distinto al juego en El Salvador. La pregunta que yo me hago es ¿van a ser suficientes los resultados para sostener a Milei? En principio sí, pero con ciertas complejidades. Los resultados son muy importantes en los electorados hoy, porque están cansados de las ideologías que han sido el pan para hoy, el hambre para mañana, y que ya no les permiten mantenerse con una vida digna.

La polarización. La polarización es el riesgo más inminente que Milei va a tener, aunque no lo cree. Es el riesgo más inminente que va a tener, porque cuando los resultados no lo acompañen -ojalá lo acompañen mucho, porque eso va a estar bueno para los argentinos y será bueno para él- pero es probable que así como ha tenido una curva de crecimiento ahora de vuelta, porque los resultados le acompañan, y tuvo una caída antes de ese crecimiento, porque los resultados no le acompañaron, en una escasez de ciertos resultados moderados, la polarización lo va a castigar.

Lo que viene va a ser muy probablemente distinto. Polarización va a existir siempre como tal, así concebida. Pero la que practican Nayib Bukele, Xiomara Castro, en Honduras; Claudia Sheinbaum, en México; o Milei, en Argentina, van a entrar muy probablemente en vía muerta en un tiempo.

-¿Y si lo llevo al otro polo? ¿Qué le plantearía a Cristina Kirchner para no llevar efectivamente a su partido al Partido Justicialista al cementerio?

-A ver..

-¿No es una opción política de futuro?

Trump hace cuatro años perdió la elección y ganó Biden, pero ahora la ganó, y la ganó de manera contundente. Milei ganó la elección contra Massa, Massa ni siquiera la perdió. Macri la perdió contra Alberto Fernández, no es que Alberto Fernández tuviera muchos méritos, sino que la perdió Macri. Y ahora la ganó Milei. Cristina quiere volver. Es el pasado. Nunca más va a ser el futuro, es el pasado que volvió a tener un brote verde y listo.

Lo primero es que en términos electorales es un nuevo fracaso de todos los sistemas de medición de opinión pública. Esto debido a que las elecciones hoy se estresan cada vez más en los últimos minutos, antes de llegar al día de la elección. El estrés del elector de por quién votar se produce horas antes, un día antes, dos días antes, y esto no pasaba hace unos años. Esto se debe también al ecosistema digital que tenemos, que obliga a los votantes a procrastinar el voto hasta el último minuto. Eso es muy significativo, porque en la industria del marketing político que yo represento también tenemos que hacer un análisis de las burradas que hacemos.

- ¿Qué incidencia están teniendo las redes sociales, el entorno digital y la inteligencia artificial? ¿Qué impacto tienen en la política?

Todo el sistema de inteligencia artificial aplicado dentro mismo de los humanos -porque ya nos estamos metiendo tecnología en el cuerpo y Elon Musk es un gran promotor de meternos chips- que puedan estar conectados no solo a internet, sino mandarle al médico tu informe médico, poder hablar 50 idiomas, y otras aplicaciones de la inteligencia artificial va a modificar absolutamente, una vez más, todo el ecosistema político que tenemos.

- ¿Es inexorable?

-¿El tema es cómo se va a manipular o cómo nos va a manipular a nosotros?

El proceso de la inteligencia artificial va a mediar de manera cuántica. La velocidad con la que tomamos decisiones con respecto a cómo nos organizamos como colmena. El modo de colmena en la que vivimos hoy en la mayoría de los países que tienen democracia -las dictaduras son otra discusión- pero en estas democracias más o menos agotadas va a variar sustancialmente.

Esto está pasando ahora y se me ponen los pelos de punta porque no nos damos cuenta.

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