11 de noviembre de 2024
Cómo fue la misteriosa muerte de Lady de Rothschild y por qué la policía reabrió su caso 44 después de su desaparición
La policía italiana ha reabierto el enigmático expediente para explorar nuevas pruebas y posibles revelaciones
Cuatro décadas después, y cuando el recuerdo de aquel extraño caso parecía haberse desvanecido en el tiempo, las autoridades italianas han decidido reabrir la investigación. La sospecha de un posible doble homicidio ha cobrado fuerza, y la policía italiana, con el respaldo del fiscal Giovanni Fabrizio Narbone, ha comenzado a recopilar nuevas declaraciones y a revisar los expedientes originales en busca de pistas que podrían haber pasado desapercibidas. “Creemos que esta puede ser la última oportunidad para encontrar la verdad”, afirmó Narbone a la prensa local, elevando la tensión en torno a un caso que, aún hoy, permanece rodeado de misterio y teorías sin resolver.
Jeanette Bishop May y Gabriella Guerin llegaron a Marche con un propósito claro: supervisar las renovaciones de una antigua casa de campo en la pequeña aldea de Schito, una propiedad que Bishop May había adquirido junto a su segundo esposo, el empresario británico Stephen May. Aquella región montañosa era conocida por su belleza y su crudeza, especialmente en la temporada de invierno, cuando el clima se tornaba inclemente. A pesar de las advertencias sobre las inclemencias meteorológicas, ambas decidieron aventurarse en su vehículo por un sendero rural el 29 de noviembre de 1980. Fue la última vez que alguien las vio con vida.Al no regresar a su alojamiento, la alarma cundió entre quienes las conocían, y pronto se organizó un operativo de búsqueda. Helicópteros y perros rastreadores recorrieron las zonas más difíciles de acceso, pero sin resultado alguno. Tres semanas más tarde, el Peugeot en el que viajaban fue descubierto abandonado cerca de una casa de campo deshabitada. Según los investigadores de la época, había indicios de que las mujeres intentaron sobrevivir: encontraron muebles quemados, probablemente utilizados para encender un fuego y combatir el frío extremo. No obstante, fuera de estos indicios, no había rastros de violencia o alguna señal de lucha en el lugar.Uno de los aspectos más intrigantes de la investigación fue la presencia de telegramas codificados en las pertenencias de Bishop May. Las autoridades italianas identificaron que estos mensajes contenían información sensible que la relacionaba con un robo en la casa de subastas Christie’s en Roma, ocurrido el día siguiente a su desaparición. Esta revelación impulsó las teorías de una posible conexión de Bishop May con el submundo criminal, incluso con la mafia italiana, que en esa época era conocida por su implicación en tráfico de arte.
La situación se volvió aún más turbia cuando en 1982 ocurrió un asesinato en Londres, el de Sergio Vaccari, un anticuario romano y conocido de Bishop May. Vaccari fue apuñalado en su apartamento de Holland Park, y las sospechas de los medios apuntaron a que la relación entre ambos pudo haber sido una de las claves del caso. Sin embargo, las investigaciones iniciales no lograron establecer un vínculo directo entre ambos sucesos y, finalmente, el caso de Bishop May fue archivado.Este año, el fiscal Giovanni Fabrizio Narbone y el coronel Raffaele Ruocco de la Carabinieri decidieron reexaminar el caso como parte de una revisión rutinaria de archivos antiguos. Tras una revisión exhaustiva de los expedientes, las autoridades percibieron “aspectos que merecen una nueva revisión”, según declaró el coronel Ruocco. Ambos funcionarios confirmaron que varias personas que estuvieron cerca de Bishop May y Guerin serán nuevamente entrevistadas. Entre ellas, figura Nazzareno Venanzi, un arquitecto que colaboraba en la remodelación de la propiedad de Schito y quien fue de los últimos en ver a las mujeres con vida.Las autoridades italianas creen que la resolución de este caso podría depender de un esfuerzo de última hora para recabar cualquier testimonio restante de quienes conocieron a Bishop May y Guerin. Como mencionó el fiscal Narbone, cada vez son menos las personas vivas que podrían aportar detalles. “Cuanto más tiempo pase, más personas vinculadas a esta historia desaparecerán”, afirmó el fiscal. Con ello, queda claro que para Italia, este caso no solo representa un desafío policial, sino una deuda de justicia que persiste desde hace más de cuatro décadas.