12 de octubre de 2024
Debutó con 16 años en la Selección, lo comparaban con Oberto y ahora ayuda desde el coaching: la historia de Alejandro Alloatti
De la mano de Rubén Magnano se convirtió en el debutante más joven del combinado nacional de básquet. Ahora, utiliza herramientas para el desarrollo personal de los atletas
Tras una carrera de 24 años en el básquet profesional, con cuatro temporadas en España y pasos por Boca Juniors, Lanús, Peñarol, Libertad de Sunchales, Platense y Argentino de Junín, entre otros, Alloatti decidió aportar su experiencia desde el coaching deportivo. Hoy, brinda sus conocimientos para potenciar el rendimiento de los atletas, tanto dentro como fuera de la cancha. “Utilizo herramientas que van direccionadas a la parte del desarrollo personal, que son cosas que venía practicando en estos últimos años cuando jugaba y me fueron sirviendo mucho para evolucionar como persona y como deportista”, explica en una entrevista con Infobae.
En los albores de su carrera, Alloatti debió madurar de golpe y adaptarse rápidamente a una nueva ciudad, con otros compañeros y responsabilidades. Todo demasiado veloz para un joven de 14 años solo en Buenos Aires. Más allá de los consejos de jugadores de experiencia como Eduardo Domine o Diego Ricci que lo fueron conteniendo, Alejandro comenzó a replantearse ciertas cosas y a pensar en nuevos horizontes: “Fue todo muy rápido. Durante mi adolescencia, hasta los 27 o 28 años me pasaron cosas muy buenas, pero también sufrí mucho. La pasé mal, renegué con el básquet: lo empecé a ver como un trabajo, una obligación y me costaba disfrutarlo por momentos. A medida que pasaba el tiempo pensé en cómo poder ayudar a los más chicos a que no pasen lo mismo que pasé yo. Ese fue mi primer acercamiento al coaching”.
Esas experiencias fueron marcando su camino y lo hicieron reflexionar sobre su futuro como basquetbolista. Nuevos rumbos se avecinaban. “Cuando comencé a ver que el deporte se iba a terminar, pensé en alguna carrera que me movilizara. Me gustaba psicología, pero a distancia no se podía en ese momento. Así que busqué algo relacionado y estudié gestión del capital humano. Cuando terminé, me metí en gestión deportiva y lo que me fue gustando eran las relaciones, la mentalidad, lo emocional. Finalmente, me quedé con la carrera de coaching deportivo en el instituto de River Plate y me encantó. Estaba alineado con lo que venía pensando del autoconocimiento, desarrollo personal, atender a las personas y aprender a resolver conflictos. Cuando estaba jugando mis últimos años en la Liga en Platense y Argentino de Junín ya comencé con las sesiones virtuales”, le contó a este medio.
“Empecé trabajando con gente del básquet, que es mi ámbito de toda la vida, pero a medida que se fue corriendo la voz en redes se empezaron a acercar otros deportistas y hoy tengo como pacientes a futbolistas, nadadoras, tenistas y a una integrante del seleccionado argentino de gimnasia artística. Mi enfoque es trabajar con la persona, con lo de adentro. Hay muchas cuestiones que vivimos los deportistas como la confianza, autoestima, seguridad, la mirada de los demás o qué pensarán sobre mí. Son temáticas generales que sufren los atletas en cualquier deporte, como la autoexigencia, presión, competitividad. Lo abrí a otros deportes y vemos que se obtienen buenos resultados. También trabajo con gente relacionada al deporte como entrenadores, profesores, formadores, chicos de 11, 12 años, adolescentes y sus familiares directos. Es un acompañamiento a deportistas y gente del ámbito”, continuó.Por último, sobre su debut en la selección mayor hace 23 años en los Juegos de la Buena Voluntad de Brisbane, Alloatti la definió como una de las experiencias más hermosas de su vida y uno de los momentos más felices de su carrera deportiva: “Me acuerdo que estaba nervioso, pero lo vivía como que estaba participando de una fiesta. Estar con los profesionales, viajar a Australia con un grupo bárbaro. Salimos subcampeones, perdimos contra Estados Unidos, que tenía a los cracks de la NBA. (NdR: en ese equipo jugaban Marc Jackson, Jermaine O’Neal, Baron Davis y Jason Terry, entre otros)”.
Quedó en la historia del básquet argentino, supo disfrutar y sufrir al mismo tiempo durante su carrera, pero ahora tiene la chance de trasladar el aprendizaje y dejar un legado. Con el coaching deportivo Alejandro encontró su pasión, diseñó su propio programa y espera poder trasladarlo a las personas que lo requieran. “En mi experiencia la gente se acerca bastante, se abre a contar lo que le pasa, a pedir ayuda, a mostrarse vulnerable, a confiar en uno para que le des tu visión. Noto una gran diferencia de cuando era más chico, hace 20 años atrás. Nadie se preocupaba por preguntarnos a ver cómo estábamos, era agachar la cabeza y darle para adelante. Hoy lo veo mucho más abiertos a los deportistas”, cerró.