12 de octubre de 2024
La historia del “bebé milagroso” que nació durante el paso del huracán Milton por Florida
En medio de las horas oscuras, cuando el fenómeno se aproximaba al Estado, Dewey llegó al mundo desafiando todos los pronósticos, dejando atrás la preocupación y temor de sus padres
Tras una deliberación intensa, la pareja decidió que lo mejor sería dirigirse al Sarasota Memorial Hospital en Venice. Habían considerado evacuar hacia la costa este de Florida, pero finalmente se sintieron aliviados al no haberlo hecho, ya que esa región sufrió tornados antes de que el huracán tocara tierra.
Después de 4 horas y media de trabajo de parto en casa, comenzaron su viaje hacia el hospital. Kenzie, su esposo y su madre, atravesaron las peligrosas calles azotadas por el viento y la lluvia. “No había mucha gente en las carreteras, porque el clima era realmente malo”, comentó.
La madre de Kenzie tuvo que dejarla en la puerta del hospital, ya que solo se permitía un acompañante. “Estaba muy, muy molesta porque no podía quedarse. Es mi mejor amiga y uno de mis mayores apoyos”, dijo Lewellen. A pesar de la distancia, la pareja se las ingenió para hacer una videollamada con ella durante el parto.A medida que avanzaba el trabajo de parto, recibió la noticia de que el bebé estaba en una posición incorrecta y requeriría una cesárea. La angustia aumentó al enfrentar el procedimiento quirúrgico en medio de la tormenta. “Tenía tanto en mi mente, la tormenta y mi familia”, reflexionó. Además, los problemas con la epidural intensificaron su dolor, lo que incrementó su susto en plena sala de operaciones. “Si no hubiera sido por los doctores y enfermeras, esto habría sido mucho peor”, confesó.
La situación fue aún más angustiante para el personal del hospital, que había dejado a sus propios seres queridos para atender a la comunidad. David Verinder, CEO del Sarasota Memorial Health Care System, expresó su orgullo por el equipo que trabajó incansablemente durante la tormenta, señalando que, además del pequeño bebé, otros seis menores también llegaron al mundo esa noche en sus instalaciones.Finalmente, a las 11:45 p.m., Dewey Lester Bennett IV nació, pesando saludables 4 kilos. “Es la sensación más indescriptible”, dijo Kenzie, al sostener a su hijo por primera vez. El padre, por su parte, sonrió de oreja a oreja: “Mis mejillas duelen porque no he dejado de sonreír. Fue increíble”, manifestó.En medio de la tormenta, nació un milagro, un niño que, a pesar de las adversidades, llegó al mundo bajo la luz del sol que iluminaba su habitación en el hospital. “Es un bebé milagroso”, concluyó su mamá, mientras sostenía a su hijo en brazos, sintiendo que su vida había cambiado para siempre.