9 de octubre de 2024
El taxista condenado por violar a una pasajera dijo que se equivocó y pidió una segunda oportunidad
Tito Franklin Escobar Ayllon hizo uso de sus últimas palabras antes de ser sentenciado a 12 años y medio en prisión por el abuso sexual a Manuela Ponz. El alivio de la víctima tras el veredicto
Y concluyó: “Se aprovechó de su juventud, su situación de vulnerabilidad y el hecho de que estaba sola. Las pruebas en su contra son contundentes, está rodeado por la evidencia”.
Luego aprovechó su lugar para darle un consejo a las víctimas de abuso sexual o personas que hayan pasado por situaciones similares a la de ella. “Quiero decirle a cualquier mujer que pase por algo parecido que se anime a denunciar, que lamentablemente la justicia tarda, pero llega”, dijo transmitiendo cierta esperanza.
Los testimonios expuestos por la querella contra Escobar Ayllon fueron contundentes para demostrar su responsabilidad en el acto ocurrido en abril del año 2015, cuando Manuela Ponz salió de un bar en Colegiales y se subió a su taxi emprender el regreso a su casa.Según el testimonio de la víctima, ella se quedó dormida arriba del vehículo en medio del viaje. Él estacionó, se pasó al asiento de atrás y, aprovechando su estado, comenzó a violarla. No frenó a pesar de sus gritos. Tras el ataque, la empujó a la calle y escapó. Luego abandonó el auto y se fugó del país.También fue fundamental el reconocimiento fotográfico de Escobar Ayllón por parte de la víctima, el hallazgo de sus huellas dactilares en el taxi y las declaraciones del propietario del vehículo, que reforzaron la culpabilidad del acusado.
Con la presentación de estas pruebas, la querella solicitó una condena de 15 años para Escobar Ayllón, incluyendo la prohibición de contacto del acusado con la víctima y su familia, así como su inclusión en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a delitos sexuales. Finalmente, se le otorgaron 12 y medio.
Por su parte, el abogado defensor del taxista, Javier Ibarra, solicitó la nulidad del proceso al cuestionar las escuchas telefónicas realizadas durante la investigación, mientras el imputado estaba prófugo y criticar el reconocimiento fotográfico como parte del proceso de identificación.