“Punto Anker”: el momento de inflexión monetaria que celebra Caputo e ilusiona al Gobierno
Ayer, el Tesoro no logró colocar deuda suficiente como para cubrir vencimientos que debe enfrentar el lunes. Así, se inyectarán al sistema $2,3 billones que el Tesoro tenía estacionados en el BCRA. Funcionarios y analistas entienden que es resultado de mayor demanda de dinero y lo ven con buenos ojos
>En la licitación de deuda realizada de ayer, el Tesoro Nacional colocó $4,78 billones en bonos, una cifra fue insuficiente para cubrir los vencimientos de deuda en pesos programados para el lunes 30 de septiembre, que ascienden a $7,1 billones. Este resultado marca la
primera vez desde el inicio de la gestión del presidente Javier Milei en que el Gobierno El faltante de $2,3 billones será cubierto con los excedentes previamente acumulados en la cuenta del Tesoro en el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Aunque esta dinámica podría haber sido vista como una señal de alarma en otras circunstancias, el ministro de Economía, Luis Caputo, se mostró confiado. Durante una transmisión por YouTube realizada por el Ministerio de Economía el pasado 10 de septiembre, Caputo apostó a que llegaría un momento bautizado como el “punto Anker”, un punto de inflexión que, según él, se daría por razones positivas relacionadas con el equilibrio del mercado de dinero.En su explicación,Caputo se refirió a lo que denomina el “punto Anker” como un fenómeno esperado en la dinámica monetaria. Según el ministro, este momento fue anticipado cuando se diseñó el programa económico actual. Anker, cabe aclarar, era el nombre de su consultora en la que trabajaba junto con el ahora presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y sus asesores Martín Vauthier y Federico Furiase. De ahí su nombre.“Llegamos al punto Anker, al punto Anker,” exclamó Caputo durante su exposición, destacando que se trata de un fenómeno esperado. Según sus palabras, el “punto Anker” ocurre cuando “van a faltar los pesos, pero por las buenas razones”, haciendo alusión al aumento de la demanda de dinero y crédito en el sector privado, en lugar de un desequilibrio fiscal o una fuga de capitales.Caputo señaló que este incremento en la demanda de pesos está relacionado con una menor emisión monetaria y una baja en las tasas de interés, lo que incentiva la demanda de crédito privado. “Hoy la oferta está capeada, no se emiten más pesos. La demanda obviamente está subiendo. Típicamente cuando la inflación baja y las tasas bajan, la demanda de dinero sube,” explicó el ministro. Asimismo, vinculó este escenario con la ausencia de déficit fiscal, lo que, a su juicio, justifica el aumento en la demanda de crédito.Desde un punto de vista tradicional, el resultado de la licitación de ayer implica una expansión monetaria. Un crecimiento de la base monetaria como es definida habitualmente (circulación monetaria más depósitos en pesos en cuenta corriente en el BCRA, el dinero pasible de ser utilizado de inmediato para simplificarlo mucho). Como resultado de la licitación de ayer, el 30 de septiembre $2,3 billones que no estaban en circulación pasarán a girar en la economía. Se inyectan. Es, por eso, una expansión monetaria.Más allá de la habitual simplificación de que la expansión monetaria implica un impulso para la inflación o un riesgo cambiario inmediato en forma lineal, aunque se trate de una expansión monetaria en en el sentido tradicional en el que la entienden los economistas, no es cierto que la expansión monetaria sea siempre algo negativo. Si la cantidad de dinero en circulación crece de la mano de la mayor demanda de dinero por parte de familias y empresas, la expansión no es dañina a ojos de los analistas. El problema monetario no es simplemente expansión o contracción, sino que suele tener más que ver más con la relación armónica o no entre oferta y demanda de dinero.