29 de septiembre de 2024
La audiencia judicial sobre la implosión del Titán reveló una historia de codicia imprudente y pasión exploradora
La empresa antepuso las ganancias a la seguridad e ignoró las señales de advertencia antes del desastre
Los testimonios revelaron imágenes contrastantes de avaricia y arrogancia cuando OceanGate buscaba clientes adinerados para su sumergible hecho de fibra de carbono —un material que no fue probado a tales profundidades— frente a los exploradores de hoy en día que consideraron cuidadosamente los riesgos conforme buscaban abrir las máximas profundidades de los océanos del mundo a más personas.
El viernes, Matthew McCoy, un veterano de la Guardia Costera que sirvió durante varios meses como técnico de operaciones para OceanGate, también dijo que tenía preocupaciones de seguridad cuando se enteró de que la compañía rompió vínculos con el laboratorio de física aplicada de la Universidad de Washington, que Boeing no iba a construir el casco de fibra de carbono y que se había reducido el espesor del casco.También le preocupaba el modelo financiero cuando supo que habría pasajeros que pagarían.McCoy subrayó que podría haber preocupaciones regulatorias estadounidenses en caso de que fuera a un puerto de Estados Unidos y Rush le dijo que “si la Guardia Costera se llegara a convertir en un problema, entonces él mismo compraría a un congresista y haría que el problema desapareciera”.
McCoy dijo que fue una conversación “tensa” y que estaba “horrorizado”. Él renunció.Pero el ex director de operaciones David Lochridge afirmó que la empresa sólo estaba comprometida con la obtención de ganancias.
“La idea detrás de la empresa era ganar dinero”, testificó. “Había muy poca ciencia”.En la implosión murieron Rush y otras cuatro personas, entre ellas Paul-Henri Nargeolet, director de investigación submarina del RMS Titanic, que posee los derechos legales para rescatar los restos del barco. La familia de Nargeolet ha interpuesto una demanda de más de 50 millones de dólares, acusando al operador del submarino de negligencia grave.
El casco presurizado de fibra de carbono del Titán fue objeto de gran parte del debate. Un testigo experto, Roy Thomas, ingeniero principal de la American Bureau of Shipping, declaró que la fibra de carbono es resistente y ligera, pero difícil de fabricar. La fibra de carbono también es “susceptible de fallar por fatiga” bajo presurización repetida y el agua salada puede debilitar el material de múltiples maneras, dijo.Los testigos declararon que habían oído fuertes crujidos en descensos anteriores. Y el director científico Steven Ross dijo que, en una inmersión pocos días antes de que el Titán implosionara, la nave se volvió inestable por un problema de lastre, lo que provocó que los pasajeros cayeran y chocaran contra un mamparo.
Durante su inmersión final, el 18 de junio de 2023, la tripulación perdió el contacto tras un intercambio de mensajes de texto mientras descendía. Uno de los últimos mensajes de la tripulación del Titán a la nave de apoyo del Polar Prince antes de que el sumergible implosionara decía: “Todo bien por aquí”. La tripulación del Polar Prince, mientras tanto, estaba cada vez más preocupada.Frederick testificó el viernes sobre el enorme esfuerzo realizado para reunir a expertos y recursos, al tiempo que señaló que OceanGate no contaba con un plan de emergencia de reserva. >Tras recibir informes de ruidos procedentes del fondo del océano, el equipo dirigido por la Guardia Costera operó bajo la posibilidad de que pudiera haber supervivientes hasta varios días después de que se perdiera el contacto con el Titán, cuando la Marina dijo que su análisis era “100% seguro” de que los sonidos submarinos no eran de naturaleza humana, dijo Frederick.
Fue necesario un enorme esfuerzo para trasladar hasta el lugar de los hechos un sumergible remoto capaz de investigar el fondo del océano, explicó.
(AP)