Jueves 14 de Noviembre de 2024

Hoy es Jueves 14 de Noviembre de 2024 y son las 10:47 -

23 de septiembre de 2024

No hay peatones ni Internet, los autos son blancos y los jóvenes no pueden tener barba: un argentino en la ciudad más extraña del mundo

Ashjabad es la capital de Turkmenistán y está ubicada en medio del desierto de Karakum, en Asia Central. Se destaca por ser una de las urbes más lujosas, vacías, limpias y exageradas del globo. El porteño Nicolás Pasquali, que la visitó recientemente, dijo que le pareció haber estado en “una película surrealista”

>Nicolás Pasquali es porteño y tiene 32 años. Está de viaje por el mundo desde hace 8 años y se propuso convertirse en el primer argentino en visitar todos los países del globo terráqueo. “Solo me faltan dos: Corea del Norte y Sudáfrica”, admitió con orgullo. Durante su travesía por Asia Central, descubrió una ciudad dueña de cuatro récord Guinness con una arquitectura resplandeciente y un estilo de vida bastante particular con restricciones inimaginables. “No hay wi-fi, todos los edificios son de mármol blanco y los autos del mismo color”, se sorprendió Nicolás al recorrer imponentes calles de Ashjabad, la capital de Turkmenistán.

Nicolás especificó que “a Turkmenistán ingresan, como máximo, unas 10.000 personas al año; de las cuales apenas 1.000 son turistas”. Esto se debe, según explicó, a que “ese país tiene uno de los visados más difíciles del mundo”.

Ubicada en medio del desierto de Karakum, la ciudad de Ashjabad se destaca por ser una de las urbes más lujosas, vacías, limpias y exageradas del mundo. De hecho, emerge como una especie de oasis “blanco” que capta la atención de los turistas que la visitan. Ese color no solo se hace presente en los edificios, monumentos, estatuas, universidades y hoteles, sino también en los autos.

Esta regla se implementó debido a que el color blanco es considerado un símbolo de buena suerte y prosperidad en la cultura turcomana. Las autoridades prohíben la circulación de vehículos de otros colores, y aquellos que no cumplen con esta norma deben pintar sus vehículos o enfrentarse a multas y restricciones.

Ashgabat no es solo un compendio de récords y arquitectura monumental sino también una ciudad donde se vive una realidad cotidiana bajo un régimen que controla estrechamente aspectos de la vida pública y privada. “Es un lugar hermético al 100 por ciento. Teníamos miedo de que nos pasara algo y que no pudiéramos avisarle a nadie. Ellos no se informan a través de celulares como nosotros. Sus celulares son obsoletos, no tienen Internet y solo sirven para hacer llamadas”, relató Nicolás, quien además advirtió que “no están habilitadas las tarjetas de crédito y todo se paga en efectivo”.

En cuanto a la tecnología, Turkmenistán se cerró al mundo digital mediante el bloqueo de plataformas globales de redes sociales y mensajería, tales como Facebook, Instagram, WhatsApp y YouTube, por orden oficial imponiendo así restricciones significativas en el acceso a la información global para sus ciudadanos. Así como tiene acceso restringido a Internet y la prohibición de instalar antenas parabólicas externas, la ciudad brilla con una limpieza y orden impecable, y sus calles amplias y bien cuidadas transmiten una sensación de calma y serenidad.

Actualmente, la ciudad posee 543 edificios de inmaculado mármol blanco, los cuales están distribuidos en un área de 4,5 millones de metros cuadrados. Todo surgió por un capricho de Gurbanguly Berdimuhamedow, presidente del país desde 2006 hasta 2022, en su afán de ostentar el dinero proveniente de las grandes reservas de petróleo y gas natural que posee el país.

Para evitar la liberación de gases tóxicos, los geólogos prendieron fuego al cráter, esperando que el gas se consumiera en unos días, pero el fuego continuó ardiendo durante décadas, creando un espectáculo infernal que ilumina el paisaje nocturno y que le valió su nombre aterrador.

“El cráter de Darvaza -así se llama- me resultó lo más interesante del país. Para llegar hasta allí manejamos nueve horas por una ruta completamente desértica y desolada. Es un lugar espectacular en el medio de la nada. Lo más curioso es que no hay ningún tipo de seguridad, ni cartel explicativo, ni nadie que controle a los visitantes”, indicó sobre esa experiencia.

Hasta 2010, ostentó el título de flamear la bandera más alta del mundo; a una altura de 122 metros. Actualmente, este récord lo tiene la ciudad de El Cairo, Egipto; que en abril de 2021 inauguró un mástil de bandera con una altura de 201,9 metros. En lo alto de la ciudad, por ejemplo, hoy se erige una torre de televisión que convirtió no solo en el edificio más alto de Turkmenistán, sino también en un símbolo inconfundible de Ashgabat gracias a su forma de estrella.

“Turkmenistán es un país neutral y también hicieron un monumento por eso. Se trata de un país que no tiene ninguna posición tomada respecto a los conflictos de otros países. Es decir, no apoyan ni a Palestina ni a Israel; no apoyan ni a Ucrania ni a Rusia. Pero al mismo tiempo, no hay noticias internacionales. Sus habitantes están aislados del mundo, no saben ni quién es el presidente de Argentina”, ejemplificó Nicolás.

“Hay muy pocas personas que conocen la existencia de este país, y mucho menos de esta ciudad; que en su búsqueda de mostrar grandeza se convirtió en un verdadero enigma en el corazón de Asia Central”, concluyó Nicolás. Turkmenistán fue el país 185 de los 194 que lleva visitados hasta el momento.

COMPARTIR:

Comentarios

  • Desarrollado por
  • RadiosNet