18 de septiembre de 2024
Malena Kerschen, la última eliminada de Survivor: “Volví de la isla con el cuerpo lleno de hongos y picaduras, toda demacrada”
La diseñadora de indumentaria dejó el reality este lunes después de dos meses de competencia. En diálogo con Teleshow dio los detalles de su juego e hizo un repaso de su aventura y las enseñanzas que le dejó
—Respecto a la alianza mayoritaria, yo era la que más relación tenía individualmente con cada uno: tenía relación con Juanchi, con Agustín, con Martín, con Euge, con Colli... Era como la cabeza de la “Alianza” y como entre ellos no tenían una relación concreta, fueron por mí.
—Siempre jugué por afinidad. No era buenísima en las competencias, pero sí fui una buena tejedora y pude hacer vínculos reales, incluso hasta con Euge. Algunos decían: ‘Ay, la usa, la manipula’ y no; yo tenía un vínculo real con ella, por algo quiso jugar conmigo. Lo definiría como un juego de estrategia social con afinidad. Lógicamente, si seguía avanzando, iba a tener que abandonar la afinidad y empezar a traicionar. Por suerte me fui antes.
—¿Cómo describirías tu relación con Juanchi?—¿Qué fue lo que más extrañaste siendo diseñadora de indumentaria? Si hubieses tenido acceso a los materiales necesarios, ¿podría haberte servido?
—Eso me costó. Pero estoy muy contenta con la elección de las prendas que hice. Dentro de las seis que nos dejaron llevar: elegí algo largo para dormir, un buzo. Muchos no llevaron abrigo porque decían: ‘Es clima tropical, nos vamos a morir de calor’ y la realidad es que a la noche hacía frío. Entonces me llevé un abrigo, una joggineta y una biker para las competencias. Después encontré unas hojas para lavar la ropa, logré que tuviera rico olor dentro de los aromas espantosos que había en la isla. Si yo hubiese tenido un costurero ahí, me habría divertido, porque había mucho tiempo libre.—No me importa nada. Al principio me descolocó, dije: ‘Wow, está todo distorsionado’. Después me amigué y dije: ‘Bueno, tengo que aceptarlo’. La realidad es que fui a jugar, a darlo todo, a cortar cuanta cabeza pudiera y lo hubiese seguido haciendo. El liderazgo femenino es algo que no soportan. Si un hombre hace o deshace una jugada o una buena estrategia, está perfecto. Ahora, cuando lo hace una mujer, no lo soportan.
—¿Cómo describís la experiencia? ¿Lo volverías a hacer?—Antes de entrar al programa, en tus redes sociales te mostrabas como una persona muy estética. ¿Cómo te impactó el cambio físico?
—Fue horrible. Me vi completamente demacrada: parecía un chupetín, tenía la cabeza grande, el cuerpo todo consumido, todo lleno de hongos y picaduras. Cuando me miré al espejo no podía creerlo. Aparte, me picaba todo, era una cosa de locos, no podía parar de rascarme: era como insoportable. Ahí tomé conciencia de lo dura que fue la experiencia. Me sorprendió el nivel de adaptación que alcancé. Si me picaba un bicho era: ‘Ay, la pucha’, pero lo mataba y listo. No se me cruzaba por la cabeza ni abandonar ni irme porque estábamos todos muy compenetrados en el juego. Después, cuando llegué al hotel y dormí en una cama y me lavé los dientes, dije ‘No puedo creer por todo lo que pasé. Incluso me pegué un atracón: durante dos días no podía parar de comer, me preocupé.