3 de septiembre de 2024
Dieta antiinflamatoria: cuáles son los alimentos recomendados y los que hay que evitar
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La inflamación sistémica crónica es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar obesidad, diabetes, y cardiopatías. Cómo impacta la alimentación para empeorar o mejorar la situación, y qué aconsejan los especialistas
Sin embargo, cuando la inflamación persiste durante largos períodos, se convierte en inflamación crónica y sistémica, un estado que puede durar meses o años. Este tipo de inflamación se relaciona con una amplia gama de enfermedades graves, como la obesidad, el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, y trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer, según informaron expertos de la Universidad Johns Hopkins de los Estados Unidos.
Uno de los factores clave que puede desencadenar o agravar la inflamación crónica es la dieta. Hay ciertos alimentos que, por su composición, pueden promover la inflamación en el cuerpo. Entre ellos se encuentran:- Estos alimentos no sólo tienen un bajo valor nutricional, sino que también contienen altos niveles de grasas saturadas, azúcares añadidos y harinas refinadas, todos ellos vinculados a un aumento en los niveles de inflamación en el cuerpo. Además, ciertos métodos de cocción, como el asado a la parrilla de carnes, pueden generar compuestos que agravan aún más la inflamación, según la Guía de inicio rápido para una dieta antiinflamatoria publicada por la Universidad de Harvard.Afortunadamente, así como hay alimentos que pueden desencadenar la inflamación, también existen muchos que ayudan a combatirla.Los alimentos antiinflamatorios son aquellos que, gracias a su alto contenido en antioxidantes, grasas saludables y otros compuestos beneficiosos, pueden reducir la inflamación crónica. Algunos de los más recomendados son:
- Además, incorporar hierbas y especias como el jengibre, la cúrcuma y la canela puede aportar beneficios adicionales, ya que algunas investigaciones sugieren que estos ingredientes tienen propiedades antiinflamatorias, según señala la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard.Adoptar una dieta antiinflamatoria no significa seguir un plan estricto, sino más bien hacer cambios graduales hacia una alimentación más equilibrada y rica en alimentos naturales.Una manera de llevarla a cabo es comenzar por reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y azúcares añadidos, y aumentar la ingesta de frutas, verduras y grasas saludables. Un enfoque recomendado es seguir patrones dietéticos como la dieta mediterránea, que se basa en alimentos frescos, integrales y mínimamente procesados, con un alto contenido en antioxidantes y ácidos grasos omega-3.
Hacer estos cambios puede tener un impacto significativo en la salud a largo plazo, ayudando a reducir la inflamación y a proteger de enfermedades crónicas. Como con cualquier cambio dietético, es importante hacerlo de manera gradual y sostenible, para asegurarse que los nuevos hábitos se conviertan en una parte natural del estilo de vida.
Adoptar una dieta antiinflamatoria no sólo puede ser un paso hacia la mejora de la salud actual, sino también una inversión a largo plazo en el bienestar. Al centrarse en alimentos naturales y ricos en nutrientes, y evitar aquellos que fomentan la inflamación, no solo se refuerza el inmunológico y protege los órganos vitales, sino que también se contribuye a mejorar la calidad de vida. Y en ese sentido, cada pequeña elección alimentaria puede marcar la diferencia, ya que el verdadero cambio se construye con constancia y dedicación a lo largo del tiempo.